“No salió absolutamente nada”, fueron las primeras palabras de Marcelo Gallardo en conferencia de prensa luego de la catastrófica derrota de River por 3-0 ante Atlético Mineiro en la ida de las semifinales de la Copa Libertadores. El plan para contener el poderío ofensivo rival existió, pero no funcionó: el esquema con línea de tres no fue suficiente.
Paulo Díaz, Germán Pezzella y Leandro González Pirez para contener a Paulinho, Deyverson y Hulk, con la ayuda de Nicolás Fonseca, quien debía meterse entre los centrales para tener superioridad numérica y salir a ser primer pase cuando el equipo recuperaba la pelota. Este cuatro contra tres en el centro de la defensa contaba con Fabricio Bustos y Enzo Díaz (Marcos Acuña se resintió en la entrada en calor) en los costados, para frenar los embates de los laterales brasileños (Gustavo Scarpa y Guilherme Arana), claves en su funcionamiento.
Por las bandas, River no sufrió. Si bien Arana fue decisivo en la jugada del segundo gol, lo cierto es que Mineiro prescindió de su habitual desequilibrio por afuera, y apostó a desarmar con pelotas largas esa superioridad en la última línea que pensó Gallardo. El juego directo que pensó Gabriel Milito terminó por dar rédito y echar por tierra la estrategia del Muñeco.
Consultado en conferencia de prensa sobre el por qué de la línea de tres zagueros con Nicolás Fonseca por delante, el entrenador millonario lo explicó así: “Justamente tratar de jugar mano a mano con los extremos de ellos por fuera. Por dentro, jugaban con tres puntas, también tomar hombre más Nico Fonseca que iba a ser el hombre libre, para que pudiera tener la posibilidad de hacer 2-1 si era necesario; y después que fluyera, porque éramos un hombre más en la mitad de la cancha, que pudiera fluir a través del juego, pero bueno, no fluyó.
Ellos con pelotazos largos nos complicaron, sabíamos que podía ser así. Hubo desacoples del equipo y llegaron los goles. Fueron muy fáciles los goles que nos hicieron, esa es la sensación que te da. No fuimos el equipo duro que tendríamos que haber sido para resistir los ataques de ellos para después dañarlos cuando recuperábamos la pelota”.
El primer gol de Deyverson, una muestra de cómo Atlético Mineiro desarmó la estrategia de River
Otro factor que falló del Millonario en su visita al Arena MRV fue el de la presión. Una de las principales características de los mejores equipos de Gallardo fue justamente la rápida recuperación de la pelota en campo rival, algo que nunca pudo lograr en Belo Horizonte. Pero si bien esta es una variante posible del juego, el problema es que el equipo quedaba demasiado largo y había un espacio inmenso entre los atacantes y los defensores.
Eso le dio lugar a Mineiro para ganar las segundas pelotas tras los pases largos, sobre todo de Rodrigo Battaglia y del arquero Éverson. Fonseca quedó a mitad de camino entre ser parte de la presión alta y ser quien auxiliara a los tres zagueros. En ese dilema, Deyverson se hizo un festín y terminó por definir un partido que parece haber sentenciado la serie.