Jorge Elias Gomez, Opinión, Portada

Pulti reelecto, consolidó su posición de referente K

No desentonó primero con Néstor Kirchner, y mucho menos con Cristina Fernández. Se acopló al modelo al estilo Pulti, un desvergonzado de la política tal cual indica su foja, se convirtió en un militante como un pingüino de la primera hora.

Pulti sabe que este modelo es atrapante, asfixiante. Que debe imaginarse durmiendo con el enemigo, para no sorprenderse. Subordina no sólo a intendentes sino también a gobernadores en ejercicio, o electos que se convierten rápidamente al kirchnerismo. Esta es una lectura fácil y práctica. Su estilo de conducción le permite mover algunas fichas, casi hasta caprichosamente. Absorbió todas las andanadas anti K y se hizo cargo de una tutela, que una vez más le salió bien.

Pulti ya había ganado la legislativa del 2001, pero no pudo superar el sorpresivo “sorpasso” de Daniel Katz en el 2003, cuando todo indicaba que era el momento del nativo de Dolores.

Esto ya es historia. Pulti supo tocar los timbres y no se equivocó de ventanillas, en esta compleja danza política argentina. Un partido vecinal como Acción Marplatense, es también la señal de decadencia, de las tradicionales estructuras del P.J. y la UCR.

Su competidor en el mismo espacio fue el ingeniero Carlos Cheppi. La expedición por el poder de esta variante “pejotista”, quedó muy lejos en relación a una fantástica inversión en propaganda, que se extendió por casi aproximadamente un año.

Cheppi no recibió un mohín de la presidenta y se le adjudica a CFK una frase referida a la competencia electoral en Mar del Plata cuando extrañada manifestó “Tenemos otro candidato (por Cheppi) en Mar del Plata, no sabía que nos habíamos peleado con Gustavo”. Lo cual debería aceptarse como cierto, ya que a Cheppi no le tiraron un centro desde el corazón político del país. El puente con el ascendente Amado Boudou, hoy vicepresidente electo, era un sello de lacre, para saber quién jugaba con quién, donde se cocinan las máximas decisiones políticas.

Cheppi luego de la interna abierta que ganó, tuvo un desplante de sus contrincantes. En banda se pasaron a jugar con Pulti, en un acto que tuvo que ver con la falta de identidad y de acompañamiento a la candidatura de Carlos Cheppi, a quien se intentó sentar en la intendencia, siendo prácticamente un desconocido para la ciudadanía marplatense.

El candidato del Frente Para la Victoria, se instaló a fuerza de mucho dinero en propaganda de todo tipo, tuvo una campaña prolija de contacto con instituciones, con un eje que planteó programas y planificación, un interesante costado técnico. Pero el desconocimiento, una vez más tuvo un costo impagable, en este caso bastante caro en función de los votos obtenidos.

Claro que mañana lunes 24, para Pulti la Municipalidad no se convertirá en un jardín. El déficit de gestión tiene que ver con otro déficit, que permanece en las penumbras, el económico. La fiesta va a haber que pagarla, la tarjeta de crédito hace meses que abona el mínimo y las experiencias no han sido de las más felices, cuando el recurso se agota.

¿Quién será la oposición? El Frente Para la Victoria no podrá desenfocarse. En rigor no es una competencia, y este modelo habrá de entrar a pagar el desgaste. Pulti gozará de una mayoría cómoda en el Concejo Deliberante y no debería tener tropiezos, ya que le sobran márgenes de negociación.

Muy posiblemente Mar del Plata no sufrirá aislamiento. Cristina y Scioli, no serán demandantes, no irán por más poder, pero la situación de Mar del Plata, social, laboral y en materia de seguridad está muy lejos de la cantidad de votos que hoy los han respaldado.

Este triunfo está lejos de ser un cheque en blanco. No es un reflejo de la excelencia, hay áreas de la administración municipal devastadas. La municipalidad de General Pueyrredón ha perdido su autonomía, ha pasado a consolidar su dependencia política y económica, para ello ha ratificado que en este tren los marplatenses prefieren a Gustavo Pulti.

Jorge Elías Gómez

jgomez@mdphoy.com

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