La metáfora es más conocida como la gloria o Devoto, pero sirve para dejar bien diferenciado el éxito y el fracaso. Pulti ha quedado enredado en la interna oficialista, en la que se disputa nada menos, que la sucesión con reelección presidencial indefinida.
Hoy el intendente ha extraviado la brújula, ya lo abruman las presiones y el umbral del optimismo ha comenzado a descender, se han observado algunas actitudes que tienen que ver con su humor en público y en el tratamiento de relación con empleados jerárquicos de planta y aún de su plana política. Hay síntomas de aislamiento y teléfonos que ya no responden como antes.
El vice de la Nación Amado Boudou, se ha convertido en el operador excluyente de las aspiraciones del cristinismo, en una etapa superadora a Néstor Kirchner, una evolución política imprescindible de cara a la sociedad, que no distingue en la oposición otra alternativa de poder, y se apura en consecuencias un proceso de continuidad.
En una etapa de indefensión civil, el 46 % de los argentinos observa cada con mayor preocupación, cómo deshacerse de un modelo con excesos de artimañas económicas, indefiniciones e intervencionismo estatal, que ha entrado en un proceso de ajuste de gastos, mientras que paralelamente se obligará a negociar índices de aumentos salariales menores a la inflación real. Es un preludio de serios conflictos sociales y sindicales.
Las municipalidades tendrán un impacto de desaceleración preponderante. Precisamente, ya no será común observar al intendente Pulti, cortando cintas, prendiendo luces o haciendo anuncios. La caja de la Nación ha sido generosa con General Pueyrredón, en un marco de relación que obliga a sumisión y subordinación, Mar del Plata ha quedado sin autonomía, seguridad, salud, planes viales, iluminación, asistencia social, han quedado a expensas del manejo de funcionarios ajenos a la ciudad.
El feeling político con los jefes comunales, resulta poco menos que inevitable. ¿Pero cuál es el camino para alcanzar la llave? Pulti un experto en prenderse a la cola del cometa, tiene el destino de una veleta. CFK se ha escindido de ciertas cuestiones menores, salvo un interés personal de importancia. ¿Cómo se relaciona el intendente con los interlocutores de la presidencia? ¿Scioli no puede evitar su dependencia y tiene la manzana rodeada? ¿Moyano se queda sin gas oil, pero tiene aún poder de fuego? ¿Hay un Boudou bien pertrechado, o es una prueba piloto que puede desinflarse? ¿Mariotto baja línea, pero su base de sustentación es sólida o puede derrumbarse? ¿Cómo hará La Cámpora para ganar más espacios?
Quienes han seguido mdphoy.com , han podido acceder a definiciones de Pulti que lo ubican, en una posición incómoda e irreconciliable entre si. Pulti dijo “no fui pero si me hubieran invitado no hubiera ido”. Es conocido el singular revuelo que provocó ese encuentro en el oficialismo. Hace una semana Boudou dejó afuera a Pulti de un selecto almuerzo kirchnerista (del que no casualmente participó Marcelo Artime), “tenés las puertas abiertas, pero es una reunión partidaria” advirtió Aimé, sabiendo que por su osadía política, Pulti hubiera ocupado una silla.
En realidad hoy en Luro e Yrigoyen hay más preocupación por la política que por la gestión. Hay más desvelos por acertar en la tendencia, para no perder el tren de los rumbos políticos, que en mejorar la calidad de vida de los vecinos, como rezan las gacetillas de prensa municipales, que prácticamente han dejado de llegar a las redacciones, en un evidente síntoma de caída en inversión pública.
Para colmo de males, no existe una articulación fluida entre el D.E. y su propio bloque con mayoría propia de Acción Marplatense. Aún con una oposición desmantelada, ideológicamente son once (11) concejales que militan en vertientes distintas, tanto política como personalmente, tienen hasta sus propias internas y aspiraciones, nadie conduce a nadie. En el Frente Para la Victoria se ha perjurado devastar la administración, los radicales son socios coyunturales, que ayudan armar el esmerilado. Afortunadamente, para Pulti, esa mayoría propia le será muy necesaria.
Este gobierno está frente a cuatro años de gestión híper complicados. Pulti necesitará algo más que sintonía fina, además de plata, tendrá que meter modificaciones que tienen que ver con cuestiones de fondo, que tienen relación con una estructurada desvencijada, sin presupuesto, sin recaudación y con infraestructura de servicios cada vez más desabastecida. No es menor el dato de una mayor demanda social, propia de tiempos de achicamiento, de ajuste. Ya han comenzado a surgir problemáticas de desgaste prematuro, con organizaciones sociales que funcionan como cooperativas, que han servido para disimular los altos índices de desocupación que mantiene la ciudad. Con un peso extra, tendrá que asumir las pérdidas de una temporada que ha dejado más tristezas que sonrisas, cuando se habían sembrado el turismo como una inyección económica, que ha sido más desalentadora aún que el número de veraneantes.
Jorge Elías Gómez
jgomez@mdphoy.com