Cómo es el panorama financiero de la Provincia de cara a un nuevo Presupuesto, que ya comenzó a elaborarse y cuya discusión tendrá una fuerte impronta electoralista. Los anticipos de la pelea que se viene en la Legislatura.
La batalla política entre oficialismo y oposición se da en todos los ámbitos, y el económico es clave. Ya hubo muestras de ello la última semana, cuando desde el Frente Renovador sus intendentes denunciaron discriminación en el reparto de fondos. Anticipo violento de las discusiones a entablarse cuando el Presupuesto del último año de gestión llegue a la Legislatura.
En el gobierno, mientras se administra la escasez, buscan la mayor cantidad de escudos para cubrir cualquier ataque que atente contra los objetivos electorales, y además otorgue la posibilidad al Gobernador de hacer algún corte de cinta el año que viene.
La administración de Daniel Scioli no recibe ayuda financiera extra de Nación desde 2012, y ahora, por consecuencia de la falta de crédito internacional, también está impedida de salir al mercado.
En el primer caso, el sciolismo confía en lograr que el Gobernador se imponga como el candidato del Frente para la Victoria, y con ello abrir una nueva puerta a las ayudas extra, aunque en rigor ya no son tiempos de bonanza para la caja nacional. Incluso se ilusionan con recuperar el total del Fondo del Conurbano antes del final del mandato. De hecho, el mandatario bonaerense promete que si es Presidente y la recomposición todavía no ha llegado, él se encargará de hacerla.
El mercado internacional, en tanto, tiene tasas prohibitivas para las provincias de un país en default. Sin embargo, algunos organismos multilaterales de crédito acuerdan empréstitos de afectación directa para diferentes obras de infraestructura, fundamentalmente de carácter social.
Con ese marco, y una ascendente preocupación por los indicadores sobre la pérdida de empleo formal y los indicios de caída en la actividad económica, en el ministerio de Economía comenzaron a elaborar el Presupuesto y la ley Impositiva 2015.
La ministra Silvina Batakis y el subsecretario de Hacienda, Gabriel Esterelles, ya empezaron a charlar sobre el nuevo Presupuesto, y esta semana se iniciarán las reuniones para elaborar la estrategia política, que volverá a tener como responsable al jefe de Gabinete, Alberto Pérez.
A mediados de septiembre el gobierno provincial tendrá pautas sobre el Presupuesto nacional, donde se indican los recursos a enviarse a las provincias, y recién luego de ese paso se ajustan las cifras en la ley de leyes bonaerense.
De todos modos, y aun con una gran incertidumbre económica sobre los meses que vendrán, las estimaciones indican que los recursos disponibles para el Gobernador en su último año de gestión oscilarán entre los 223.000 y 225.000 millones de pesos, un poco menos del 25 por ciento de aumento respecto del estimado inicialmente para este año. El retoque en la ley Impositiva para los impuestos patrimoniales, en tanto, buscará acompañar a la inflación oficial.
En la oposición afilan el bisturí para diseccionar tanto el Presupuesto como la Impositiva. En el Ejecutivo esperan una pelea legislativa dura, con varias visitas de los ministros. Pero en esta oportunidad el sciolismo ya tiene la postura de no forzar el consenso a consecuencia de ceder en las partidas o en las cargas impositivas.
“Si lo aprueban todo, con endeudamiento, bienvenido sea, si no, que no lo aprueben; el año pasado el massismo lo votó porque se terminó dando cuenta de que no les convenía dejarnos sin Presupuesto”, se sinceró ante La Tecla un alto funcionario bonaerense. Está claro, si Scioli llegara a gobernar con el prorrogado de este año, tendría más de 50.000 millones de pesos de libre disponibilidad. Institucionalmente no sería lo ideal, pero sí lo es desde el punto de vista operativo en un año electoral. Por ello, por más que se esperen peleas altisonantes, la oposición también está conminada a actuar con cautela.
La Tecla
