En su discurso de apertura del ciclo legislativo, la presidente de la nación defendió el ofrecimiento a los docentes del pago por presentismo.
Sería interesante saber, lo que no explicó en su larga alocución, si esto es también contemplado para las autoridades y esta referencia no va exclusivamente al sistema educativo, simplemente si esto correspondería a la autoridad en toda su extensión a nivel de país, comenzando por los primeros mandatarios.
Cabe recordar que la propia presidente ha tenido un proceso de salud, respetable por supuesto, que la llevó a largas ausencias de las cuales hubo más especulaciones que aclaraciones. También es sabido de las faltas a su banca, del actual senador Carlos Menem. Ex primer mandatario, castigado en su momento por los Kirchner, esto sin olvidar que primero actuaron como “aplaudidores” de su fiesta de privatizaciones y que actualmente el discutido “volvió al redil”. Menem es hoy senador, generalmente ausente, por el kirchnerismo. No sólo es Borocotó el de las volteretas. Es cierto también que de “los arrepentidos se sirve Dios”, pero imagino que cuando el arrepentido la tiene clara, no “hoy estoy arrepentido de estar aquí, pero quizás mañana me corra para allá”. Yo creo que Dios sí acredita justicia divina que va por arriba de la supuesta “justicia social”, ya que si hay privilegiados, arriba, ésta no es tal.
En esto del presentismo, sin pretender defender los abusos, que existen, ¿otra vez estaríamos en el clásico “haz lo que yo digo y no lo que yo hago”?
Hay que recordar asimismo que la fortuna de la señora excede largamente a la que puede mostrar algún docente, por más exitoso que sea éste en su función. Claro, seguro que hay diferencias notables en lo que puede hacer un abogado o lo que puede lograr, en lo económico, quien se pone al frente de alumnos. ¿Qué hay diferencias? Y claro. Está el ejemplo vocacional que puede dar el de abajo y el que puede dar el de arriba. Generalmente es más generoso el que tiene apenas un poquito. Por eso el pedido puntual de la presidente a los docentes, al que adhirió a su manera, cuándo no, el “pacífico” gobernador Scioli, “piensen ustedes en los alumnos, que el que no les da de comer soy yo, como así también el que tiene escuelas en emergencia”.
Pero sigamos con el presentismo. Me ha tocado trabajar en una empresa del estado, con ese régimen para algunos sí, para otros no. Quiere decir que uno con presentismo, que no trabaja por enfermedad no cobra y el que no lo hace también con problemas de salud, viento en popa. En ésta situación, ¿quién puede prohibir a un empleado con una enfermedad contagiosa que vaya a trabajar para cuidar su salario?
Por supuesto que cuando uno requiere por escrito una respuesta sobre el presentismo, no la tiene ni siquiera verbal de parte de quien no tiene este rubro en su liquidación, pero que ostenta una mayor jerarquía, jerarquía que le permite el silencio para quien pregunta. Un gesto no muy democrático que digamos, más autoritario que otra cosa. También es notorio que los códigos disciplinarios son para los de abajo, no para los de arriba. En realidad, no se quiere saber, mucho menos los jerárquicos, que las normas están establecidas, a través de sus representantes, por el pueblo, el que le paga el sueldo desde el presidente hasta el último empleado y todo lo que hay en el medio, para bien o para mal y que las normas son para todos. Y tengo pruebas en las manos.
Lo que está a la vista, es que si bien acreditamos 30 años de democracia ininterrumpida, todavía han quedado vestigios de la dictadura que no se vencen en razón de que no conviene a otra corporación de la cual no se habla a nivel oficial, la corporación seudo política.
En definitiva, el ejemplo republicano hoy no existe, ni en el presentismo ni en ninguna otra cuestión. Esto es también lo que hay que evaluar en nuestro próximo sufragio, conductas.
MIGUEL TOSCANO
Foto: Nomade Cósmico
Comparto la opinión y ni qué hablar de los señores legisladores. Habría que preguntarles cuánto tiempo y dinero dedican a su campaña política y cuánto a generar leyes para bien de la gente. ¿No sería bueno fijar las remuneraciones, por ej. en 2 salarios docentes? Así se acabarían los problemas de inicio de clases . ¿O nó?
Gracias Jorge por el comentario.