Representantes de los ámbitos político, científico, gremial y empresarial se dieron cita durante la tarde de ayer en el Congreso para exponer sus experiencias. Estuvieron presentes el ministro Filmus, la investigadora Ana Parma, Darío Sócrate por el sector privado y Jorge Frías por los trabajadores.
En el segundo tramo de la jornada inaugural del Congreso de la Iniciativa Pampa Azul, que tiene lugar en el Hotel NH Provincial de Mar del Plata, se escucharon las exposiciones del ministro de Ciencia Daniel Filmus; el director de Acuicultura, Guillermo Abdala; el gremialista Jorge Frías; Carlos Lasta del CFP; la directora de Investigación del INIDEP, Claudia Carozza; la investigadora del CONICET, Ana Parma y, en representación de CAPA, habló Darío Sócrate. El subsecretario de Pesca, Carlos Liberman, estaba anunciado en el programa pero no asistió.
Dando inicio a la segunda parte de la primera jornada del Congreso, Pablo Núñez, coordinador general de Pampa Azul, planteó que, si bien la iniciativa se creó en 2014, durante la gestión del Presidente Macri no se pudo avanzar y se debió relanzar en 2020.
Desde ese año a la fecha se han financiado 32 proyectos aprobados y se destinó un monto de 584 millones de pesos a 60 becas; se repararon tres buques y se construyó un laboratorio en la Antártida. También se crearon siete centros interinstitucionales y se invirtieron en total 8.200 millones de pesos.
Entre los desafíos que se plantean para el proyecto después de cuatro años de trabajo ininterrumpido, están el de mejorar la capacidad de investigación con la flota, para lo que proyectan la incorporación de dos nuevos barcos; trabajar en conjunto con las provincias y los municipios para una mayor integración; mejorar la capacidad ejecutiva con el fortalecimiento de las instituciones con redes y cercanía con el litoral marítimo y lograr un mayor impacto de sus políticas en el desarrollo tecnológico, económico y de innovación.
Por su parte, Daniel Filmus también cargó las tintas sobre la desfinanciación de la iniciativa durante la gestión Macri y sostuvo que los científicos “debieran participar en la defensa de la generación de políticas a largo plazo, nada de lo que está pensado para el desarrollo puede ser a corto plazo, hemos tenido la dictadura del 76 y políticas que no han valorado la ciencia”.
En cuanto a los desafíos que se presentan a futuro señaló que “hay diez grandes temas, diez grandes desafíos de los que surgen misiones concretas para llevarlos a cabo entre el sector público y el privado. El próximo satélite que lanzaremos será solo para la investigación oceánica”, anunció, y pidió trabajar en un plan para los próximos cuatro años.
“Algunos dicen que el mar es un buen negocio, podemos privatizarlo, privatizar la ballena”, indicó en referencia a los dichos de asesor del candidato Javier Milei y lo comparó con los ingleses que ocuparon Malvinas, diciendo que persiguen los mismos intereses.
“Hay gente que piensa que es mejor que se pueda pescar y no defender las especies, quieren privatizar el mar y los científicos. Por eso tenemos que tener una política de estado e invertir en investigación científica, Pampa Azul debe estar en manos de gente como ustedes”, concluyó en un discurso con tinte de campaña.
El Ministro está muy comprometido con la iniciativa, pero no pudo quedarse más que el tiempo que duraron las disertaciones de su panel, por lo que no pudo escuchar la contestación que más tarde daría el sindicalista Jorge Frías a sus declaraciones.
El panel que siguió al de los políticos en campaña tuvo como primer expositor al representante del Consejo Federal Pesquero y asesor del INIDEP, quien ocupó nueve de los diez minutos otorgados para hablar de lo genial que fue su gestión. Excediéndose en el tiempo habló luego muy brevemente de la iniciativa Puerto Azul de la FAO, por la que había sido convocado e invitó a buscar información para poder conocer más del tema.
Lo siguió en la exposición Claudia Carozza, directora de Investigación del INIDEP, que se quejó de que su colega no solo se hubiera excedido en el tiempo sino también por haber revelado datos de su presentación.
Carozza realizó una presentación del INIDEP, de sus funciones en relación con el sector productivo y el aumento que han tenido en la demanda de contenidos a partir de la búsqueda de respuestas sobre actividades en el mar por parte de la sociedad. También destacó la colaboración del instituto con Pampa Azul en la realización de campañas que representan “un esfuerzo muy grande” señaló.
Para visibilizar la importancia de la investigación sobre los recursos pesqueros, exhibió un cuadro en el que se califica a las especies, diciendo que esa información es consultada por organismos internacionales y por calificadoras de sustentabilidad, lo que genera un impacto en el ingreso a los mercados.
El cuadro mostró una mayoría de especies explotadas en su máximo nivel, varias subexplotadas y dos en estado crítico: el gatuzo y el abadejo con planes de recuperación. Sin embargo, anunció que el estado de la merluza del norte, que no puede lograr la recuperación, puede llevarla a cambiar de estatus en el próximo año, con lo que se sumaría otra especie en situación de sobreexplotación.
Darío Sócrate fue el representante del sector empresario en el panel; en su condición de gerente de CAPA presentó el trabajo que están realizando para llegar a la certificación del MSC para el illex argentinus.
En su exposición, Carlos Lasta había hablado de la necesidad de sentarse con Brasil para definir medidas de manejo por la merluza del norte y en referencia a ello señaló Sócrate: “Si como decía Lasta hay especies con las que hay que sentarse con otros países porque se comparte la explotación, imagínense lo que sucede con el calamar, con la pesca en la milla 201 y la pesca en la zona de exclusión de Malvinas; merece un seminario completo y me parece un tema para dejar planteado, dado que es esto precisamente es lo que complica el camino que hemos iniciado. Hacer un manejo sustentable con una pesca INDNR complica, es muy difícil, es un tema en el que no me quiero meter, pero no puedo evitarlo”.
El secretario general de Capitanes, Jorge Frías, fue el siguiente expositor y planteó la necesidad de mejorar la educación de los capitanes, indicando que se deben cambiar los planes de estudio, porque son antiguos y no contempla las responsabilidades legales que recaen sobre el capitán.
“Es necesario modificar el reglamento de formación, no pedimos que nos deje de formar la Armada, pero el reglamento debe cambiarse, ni siquiera estamos cumpliendo con reglamentaciones internacionales porque no tenemos un barco escuela”, afirmó; y agregó que la formación de los capitanes es incompleta.
Finalmente, respondiendo a los dichos del ministro Daniel Filmus señaló: “El Mar Argentino está privatizado y en buena hora porque los empresarios son propietarios de una cuota de captura y quiénes mejor que ellos para cuidarlo, que además son quienes generan trabajo cuando la mayoría de los argentinos solo ven el mar cuando van a la playa”.
El director nacional de Acuicultura, Guillermo Abdala, presentó los avances en materia legislativa y de jerarquización de la actividad que, dijo, han contribuido a mejorar el desarrollo del sector.
“Nunca logramos superar las 4 mil toneladas que logramos en 2014 pero hoy estamos en 10 mil toneladas, señaló. Logramos la activación de proyectos con empresas privadas que aportaron 30 millones de pesos”, informó.
El cierre de la jornada estuvo a cargo de la investigadora del CONICET Ana Parma, quien presentó los estudios realizados sobre la pesca artesanal marina en la Argentina, lo que aseguró fue un trabajo también artesanal para el grupo de investigación y cuyos resultados representan una aproximación, debido a la dificultad de acceder a una actividad que se mantiene invisibilizada.
“Es un sector pequeño pero importante para las comunidades locales, además puede tener un mayor desarrollo. Dentro de la pesca artesanal tenemos el que va caminando por la costa, pescador con red, remos, motor fuera de borda y la más cercana a la industrial. Eso genera problemas”, aseguró y presentó el enfoque que propone la FAO de un esquema para colocar en las distintas unidades un gradiente.
“Mucho de este mundo está escondido y lo que se buscó fue a través de un estudio poner en valor para empoderarla y lograr la sostenibilidad. Recorrimos la costa desde Tierra del Fuego hasta Buenos Aires. Caracterizamos 59 unidades que capturan 35000 toneladas anuales, con 1000 embarcaciones que dan trabajo a 3000 personas”, contó.
Señaló que la propia informalidad del sector les impide acceder a ayudas estatales, que les es muy difícil poder conseguir un permiso y que esta actividad siempre ha sido marginal, incluso a pesar de la creciente importancia que tiene en las comunidades; y citó el caso de los gomones, a lo que se podría sumar en el último tiempo la aparición de los kayaks que se organizan para abastecer pescaderías.