Pequeños productores vendieron ayer pescado a $100 el kilo en la plaza frente al Congreso de la Nación, para reclamar políticas de apoyo al sector.Fue en el marco de una protesta de la Unión de Trabajadoras y Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), que llamaron “pescadazo”.
La entidad reclama “políticas que apoyen a las cooperativas de pesca” y, con ese fin, anticipó que ofrecían 12 toneladas de productos frescos para “demostrar que nuestros alimentos se pueden vender a precios justos”.
En sus redes sociales, la UTEP destacó: “Tenemos volumen de producción y con políticas de apoyo al sector podemos abastecer la mesa de los y las argentinas”.
“Actualmente la altísima inflación en alimentos golpea principalmente a los sectores populares y es fruto de la especulación de los sectores de la economía concentrada, donde imponen precios de miseria a nuestras producciones y después comercializan a precios internacionales en el mercado interno”, indicó la entidad.
Y añadió que con el “pescadazo” se buscó “avanzar en la primera gran apuesta gremial de la pesca artesanal a nivel nacional”.
“La pesca artesanal es la pesca del pueblo, respetuosa del medioambiente y de nuestros bienes comunes. Somos miles y queremos poder vivir dignamente de nuestro trabajo y ser parte de la solución a los problemas alimentarios de nuestro país”, resaltó.
Numerosas personas se acercaron este miércoles a los alrededores del Congreso Nacional para adquirir las especies que ofrecían pescadores artesanales que llegaron en camiones frigoríficos de Mar del Plata, Santa Fe, Rosario, Helvecia, Concordia, Ensenada y Punta Indio.
Allí podían adquirirse, a $100 el kilo, corvina, besugo, pescadilla, sábalo, patí, dorado y boga, entre otras especies.
“Estamos en un momento crítico con las ventas. Queremos mostrarle a la gente que tenemos buena mercadería”, dijo José Ramírez, uno de los voceros de la entidad.
Como ejemplo, puso el caso del sábalo: contó que los frigoríficos están pagándoles “20 pesos por cada kilo” de ese pescado, que luego “exportan a Brasil y Bolivia a 600 pesos”.
David Uriburi, de los pescadores artesanales de Santa Fe, señaló que en su provincia “hay cinco o seis frigoríficos” que concentran exportaciones “por 18 mil toneladas anuales”. “Es un enorme volumen de alimentos que no se consume dentro del país”, afirmó.
“Al mismo tiempo, a nosotros, como pescadores artesanales, nos han dejado sin derechos. El pescador artesanal no existe para ninguna empresa, para ningún acopiador. Es tratado como una persona que anda por ahí juntando pescados y los entrega, es algo muy perverso”, lamentó.
Otras voces de la UTEP explicaron que el 30% del precio de venta del “pescadazo” permitirá cubrir los gastos de transporte y el resto brindará un ingreso muy superior al habitual para los trabajadores de la pesca artesanal, con un valor muy económico para los consumidores.
Asimismo, indicaron que, según la especie y la zona del país, los frigoríficos pagan sólo entre $20 y $50 el kilo a quienes “arriesgan sus vidas para buscar alimentos de forma sustentable”.
“Luego, esas empresas lo exportan a más de US$ 1,20 el kilo o lo comercializan en las pescaderías a precios varias veces superiores”, se quejaron.
Gerardo Choren
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