El equipo conducido por Sergio Hernández se consagró campeón de la 28º edición de la Liga Nacional de Clubes al derrotar en el sexto juego de la final a Obras Sanitarias por 75-56.
Si hablamos de emoción y dramatismo, nadie puede negar que estas finales serán recordadas por mucho tiempo. Más allá del cacheteo inicial de Peñarol en Buenos Aires, cuando Obras se metió de lleno, la serie se emparejó en todos los aspectos.
Y la ganó Peñarol por oficio, por contar con un plantel de altísima calidad y un entrenador de lujo, porque a pesar de ir contra los apostolados básicos del básquetbol de asegurar los puntos cerca de la canasta, jamás traicionó sus ideales, apostó a su juego y le salió bien, tanto que de esta manera se consagró nuevamente como el mejor equipo de la competencia, y el primero en ganar tres ligas consecutivas en la rica historia de la Liga que supo crear el querido y recordado León Najnudel.
La presentación de los equipos se hizo con estilo, con las luces apagadas y los actores iluminados, como una buena manera de ambientar el show que estaba por comenzar. El Polideportivo lució como en sus mejores épocas, lleno total para el sexto juego de la serie.
Peñarol comenzó mejor, recargando la ofensiva en la pintura para adelantarse 4-2 en el primer minuto. Cuando Obras se terminó de acomodar pasó a dominar el juego. Con mucha concentración, una defensa que obligó a su adversario a mover el balón y con el protagonismo de Juan Gutiérrez en ataque, los de Lamas metieron un parcial de 9-0 para sacar siete de ventaja a 5m26s (4-11). En el mejor momento de la visita, Fells cometió su tercera falta, sin embargo el equipo no se resintió, porque Espinoza ingresó con el mismo ímpetu del quinto juego. Con un triple de Osimani, los de Lamas se fueron a ocho restando 3m59s (6-14). Peñarol se encontró con serios problemas para imponer su juego, aún cuando la defensa visitante le cedió el perímetro cuando cambió de individual a zona, estuvo muy errático de afuera (1/10 triples). Restando 2m34s Jackson metió sus primeros tres puntos tras una ofensiva muy elaborada. Cuando Osimani cometió su tercera falta, Lamas decidió el ingreso de Konsztadt, quien fue el encargado de ampliar al ventaja sobre el final del cuarto con un triple: 10-21.
Obras continuó mandando en el comienzo del segundo segmento. Con el impecable trabajo de Juan Gutiérrez y la acertada conducción de Konsztadt, el visitante se escapó a dieciseis (12-28) cuando restaban 6m25s. La necesidad de reacción motivó un tiempo pedido por Hernández. A partir de ese momento se produjo un vuelco en el juego. Peñarol comenzó a descontar la diferencia guiado por Facundo Campazzo. El base anotó cinco puntos seguidos para colocar a su equipo a doce (17-29) a 4m50s. Obras comenzó a tener dificultades para anotar, tomando lanzamientos incómodos y perdiendo balones que el “milrayitas” supo capitalizar. Apareció Leo Gutiérrez en escena para contribuir con puntos para seguir reduciendo la ventaja (23-32), situación que obligó a Lamas a pedir minuto. Una nueva pérdida del “tachero” le dio otra chance a su rival, pero la magnífica defensa visitante agotó la posesión de Peñarol. No obstante, Obras volvió a perder el balón, y Leo Gutiérrez cuando expiraba el tiempo se fue derecho al cesto arrastrando a Field, a quien le sancionaron una falta que aparentó ser más un contacto que infracción. El cordobés anotó el simple para colocar a su equipo a seis (26-32) con menos de un minuto por jugar. Obras siguió desordenado y dilapidando una importante diferencia para irse al descanso largo ganando solo por dos, puesto que Leo Gutiérrez volvió a facturar de tres, y Mata encestó dos libres restando 5 segundos para generar una gran expectativa en la segunda mitad: 31-33.
El inicio del tercer cuarto mostró demasiadas impresiciones. Obras defendió bien, pero tuvo muchos problemas para convertir, al punto que tardó cuatro minutos en anotar su primer doble (un lanzamiento largo de Espinoza). Campazzo con un triple le devolvió la ventaja al marplatense restando 8 minutos (34-33). A pesar de los problemas que tenía el “tachero” para convertir, Peñarol no logró sacar rédito a la baja efectividad de su adversario, y si bien llegó a tomar dos ventajas de cinco puntos, en ambos casos por la puntería de Mata y Jackson, no logró despegarse (42-37 restando 3m50s). Sin Leiva que cometió su cuarta falta, los dirigidos por Hernández perdieron peso ofensivo en la pintura, y fue por ello que siguieron intentando con tiros largos. Una buena acción de Obras definida por el Pipa de afuera volvió a emparejar (42-40) a 2m50s. Cuando la visita se jugaba por el empate, dos pases demasiado anunciados le permitieron recuperar el balón a Campazzo. Los nervios le comenzaron a jugar en contra al “tachero” que volvió a perder balones y a fallar los libres. Con buen aporte de Jackson y Barrios, Peñarol amplió la diferencia, pero Juan Gutiérrez tras la quinta falta de Reinick anotó dos libres para dejar el partido abierto en el último capítulo: 48-42.
Con Leiva en el banco con cuatro faltas, y Reinick afuera después de acumular la quinta, se esperaba un cuarto a pedir de Juan Gutiérrez, pero el local castigó de entrada y obligó al “tachero” a remar de atrás, y a luchar contra sus imperfecciones y sin margen de error. Con un triple de Jackson que a esa altura se transformó en la principal vía de gol, Peñarol se alejó a diez (52-42). Osimani achicó con tres libres, pero el ex jugador del Flamengo apareció en todo su esplendor con cinco puntos seguidos para establecer diferencias que luego se hicieron indescontables restando 7m35s. Un triple de Campazzo en la siguiente ofensiva le dio al conjunto marplatense quince de ventaja (60-45). Nuevamente los pases anunciados de la visita le permitieron correr a un equipo que comenzaba a buscar la definición. Mediante el juego en transición, los de Hernández fueron ampliando la brecha. Un triple de Barrios cuando quedaban 4m le dio a Peñarol una ventaja casi imposible de revertir a esa altura. La extraordinaria defensa local continuó complicando la generación de juego de Obras, que después del cuarto inicial, nunca más volvió a sentirse cómodo. El partido lo ganó Peñarol mucho antes del final, porque jugó con inteligencia, impuso su autoridad en el momento justo, y aprovechó la desesperación de su rival. Obras no pudo llevar a cabo la estrategia de apoyarse en el Pipa Gutiérrez en la pintura, porque Leo lo desgastó y lo obligó a recibir afuera. Peñarol terminó redondeando un gran partido, y desplegando su mejor básquet para lograr el ansiado y merecido tricampeonato.
Peñarol coronó una temporada magnífica y fue un justo campeón, con jugadores que lograron un gran rendimiento donde sobresalió Facundo Campazzo, quien fue elegido MVP de las finales. El base jugó e hizo jugar, asumió la responsabilidad de conducir al equipo tras el retiro del Pablo Rodríguez, debiendo madurar de golpe. Sorprendió al país basquetbolístico con su desparpajo, pero también por el enorme nivel que fue de menor a mayor.
Sergio Hernández, el cerebro de la fabulosa campaña, logró el sexto título como entrenador. Un premio altamente merecido, de un estudioso y un trabajador como pocos, que le imprimió su sello al equipo y lo llevó a lograr un nuevo record en las veintiocho ediciones de la Liga, un tricampeonato que quedará en la historia.
Síntesis
Peñarol (75): Facundo Campazzo 12, David Jackson 23, Marcos Mata 11, Leonardo Gutiérrez 17 y Martín Leiva 2 (FI); Pablo Barrios 5, Alejandro Reinick 1 y Selem Safar 4. Entrenador: Sergio Hernández.
Obras Sanitarias (56): Martín Osimani 8, Julio Mázzaro 0, Tony Washam 4, Darren Fells 2 y Juan Gutiérrez 21 (FI); Pablo Espinoza 8, Alejandro Konsztadt 13, Tyler Field 0 y Alexis Elsener 0. Entrenador: Julio Lamas.
Parciales: 10-21, 21-12, 17-9 y 27-14.
Arbitros: Pablo Estévez, Juan Fernández y Alejandro Ramallo.
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas (Mar del Plata).
Serie: Peñarol 4-2.
MVP de las finales: Facundo Campazzo (Peñarol).
fuente:basquetplus