Opinión

Para que el Arq. Pelli nos entienda

A tal punto llega la veleidad de la mayoría dirigencial local que en 1978 por un trabajo que realicé con respecto a la cantidad de turistas que concurrirían al Mundial de Futbol a Mar del Plata (Publicados en el nº7 y nº8 del Suplemento de Estadística en el Atlántico de mayo de 1978), y cuyo resultado era infinitamente menor al  expresado por varios medios locales, fui declarado persona no grata por una importante Cámara Empresaria representativa de una industria líder en ese entonces. Al final los resultados del estudio fueron coincidentes con la realidad y los más sorprendidos fueron los incrédulos habitantes estafados en sus expectativas vaya a saber por qué intereses. Es importante recordar que el diario La Capital en una publicación del mes de mayo del 78 tituló en tapa que para el mundial vendrían 200.000 turistas brasileros a nuestra ciudad.

Pareciera ser que para los grupos de opinión más influyentes de Mar del Plata, el no decir que la ciudad es perfecta o que vamos a ser los reyes de lo que sea, es tomado como un acto pecaminoso y de lesa agresión.

La mayoría de la dirigencia de Mar del Plata parece no entender que sin autocrítica no hay superación, encima con el agravante de creer que el logro por competencia es más meritorio que el logro por performance,  sin darse cuenta que esta última concepción termina siendo el límite del paso a lo decadente.

Tan extraño es el fenómeno de nuestra ciudad que prácticamente nunca oí a un triunfador marplatense fuera de nuestra ciudad, y vaya si los hubo y los hay, reivindicar con orgullo el ser oriundo de la misma.

Con los 74 años de vida que tengo me atrevería a decir que nunca oí reivindicarse con orgullo el haber nacido en Mar del Plata a Piazzola, Nacha Guevara, Osvaldo Soriano, Lanata, José Slavin, Manuel Callau y varios más. Hace pocos días lo sentí decir a Lanata que era de Sarandí y cuando su interlocutora le recordó su lugar de nacimiento aceptó ser oriundo de Mar del Plata.

Así somos en esta ciudad y no de otra forma. De los cinco últimos intendentes que nos han gobernado desde 1983 hasta hoy, uno solo fue nativo.

También tenemos un Gran Premio de Honor y  Primer Premio del Salón Nacional de Pintura que vive, a quien después de mucho bregar se le otorgó el reconocimiento de ciudadano ilustre y  gran parte de la sociedad marplatense lo tiene en la agenda del desconocimiento. Raro contraste el nuestro con los rosarinos.

Quizás muchos se pregunten hacia donde quiero ir y algunos por lo ya expresado, al igual que aquella Cámara Empresaria en 1978, ya me esté considerando persona no grata, cosa que de así ser me tiene sin cuidado porque intelectualmente, y no por soberbia, se perfectamente que sin autocrítica y sin espíritu de logro por performance se vuela muy bajito, al punto tal que algún día podríamos llegar a ser gobernados por un mesero o un analfabeto, que casi diría que si fueran honestos no estaría tan mal.

Deseo aclarar que no apunto a nadie en especial, solo pretendo decir mi verdad, pero leyendo las declaraciones del Arquitecto Pelli donde dice no entender el porqué de la demora de la toma de decisión sobre el tema de la vieja Terminal de Omnibus, me gustaría poder decirle que cuando la mayoría de nuestra dirigencia local ve la excelencia a futuro y no el negocio del tome y traiga se encarga de boicotear lo más ideal y su lóbulos cerebrales se transforman en un bolsillo. Por eso no sería de extrañar que “atraiga” más aquella opción que tenga 300 negocios para rentar frente a uno que tenga solo 60, más allá que  además de ser quizás un poco menos rentable para sus realizadores, el proyecto termine siendo un regocijo para nuestra vista, un orgullo para nuestro futuro, un goce para nuestros turistas y un honor en función del prestigio de su diseñador que queda para nuestra historia..

Un dicho muy conocido dice que para muestra basta un botón. Solo con recorrer la Avenida Colón hacia el mar y ver las pajareras que dicen llamarse edificios de departamento que se han construido en esta ciudad no queda mucho más por explicar, que tanto preocupa el futuro a la mayoría de los inversores locales.

Dios quiera que esta vez no ocurra lo que para nuestra ciudad ha sido tantas veces común y sea el proyecto Pelli el que se imponga. Así es de esperar.

Lic. Abel Ayala

Segunda parte

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