Política

Panorama político bonaerense: Fotos, celos, ampliaciones

Tres fotos que muestran buena sintonía entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof terminaron de redondear un mensaje contundente y, sobre todo, unificado del kirchnerismo al presidente Alberto Fernández: cambiar ya la política económica. Pero la última de esas imágenes dejó, además, mucha tela para cortar a nivel bonaerense, donde también germinan las internas. La oposición, en cambio, oscila entre los intentos de apertura de Juntos por el Cambio y los efectos de una eventual irrupción de Mauricio Macri como candidato en 2023.

El mensaje a Fernández ya no sorprende. El oficialismo tiende a asumir la separación de hecho entre él y Cristina Kirchner como una nueva normalidad: un gobierno, dos trincheras y una incógnita respecto de hasta qué punto ese esquema alcanza para gobernar en las difíciles condiciones económicas actuales. Lo novedoso, sobre todo desde el punto de vista bonaerense, es hasta qué punto la resistencia a introducir modificaciones –de políticas y de nombres- que hasta ahora mostró el Presidente acercaron al Gobernador y el Diputado.

Las sonrisas y los gestos de sintonía que se prodigaron en la marcha del 24 de marzo, en dos reuniones sindicales y en el lanzamiento del plan ambiental de la Provincia en un acto en el Estadio único de La Plata son prueba del momento por el que pasa esa relación. El discurso más combativo de Kicillof ayuda: su referencia del lunes a que los sueldos “comienzan a no alcanzar” cayó muy bien en el camporismo.

Eso no  quiere decir que no subsistan proyectos de poder que pueden terminar enfrentándolos, como reconocen en ambos campamentos. Pero por ahora reina la concordia. Máximo, incluso, extrema los gestos: declinó, por caso, ser orador en el Estadio, para no restar protagonismo a Daniela Vilar, ministra camporista que tenía su tarde estelar, ni al propio Kicillof.

Ese acto tuvo, sin embargo, otras particularidades: Vilar representa a la agrupación que lidera Kirchner, pero a la vez es una lomense pareja de Federico Otermín, el presidente de Diputados, hombre del jefe de Gabinete, Martín Insaurralde. El despliegue territorial que se vio en el Estadio confirmó que para ese sector no fue un día más. Al punto que muchos lo inscribieron en el proyecto de Insaurralde de candidatearse para reemplazar a Kicillof, aunque eso no apareció en ningún discurso y él no hizo uso de la palabra.

El ajedrez es complejo: el socio principal de Insaurralde en esa empresa se supone que es Máximo, quien lo impulsó para la boleta en 2019. En ese marco, hay una cuestión objetiva: el acercamiento del diputado y el gobernador no es funcional al plan del exalcalde.

Después del acto, o casi en simultáneo, circularon en ciertos medios dos versiones. 1) Kicillof rechaza adelantar elecciones. 2) El PJ bonaerense inició la resistencia a su reelección, justamente en el acto del viernes.  El problema es que 1 bis) No es una novedad esa resistencia, como se contó acá hace tres semanas. Incluso, en la Cámpora parece haber una mayoría que rechaza la idea, según cuentan en la organización. 2 bis) Nadie avaló por ahora en público esa supuesta intención. De hecho, intendentes como Descalzo, Mussi, Watson y hasta el ministro Nardini le mostraron al gobernador encuestas en las que aparece como la mejor opción del FdT en sus distritos.

¿Ampliación?

En la oposición, un bonaerense, Emilio Monzó, aparece en el centro de la novedad de la semana: la cena “antigrieta” en la casa de Juan Manuel Urtubey, que compartieron el gobernador peronista Schiaretti, su par radical Morales, Camaño y Frigerio, entre otros.

Todos no PRO o ex pro híper críticos de Mauricio Macri. Dicen que allí no se habló de confluencia electoral, pero sí de voluntad de trabajar en sintonía post grieta. De los que están adentro de Juntos, nadie quiere romper aunque si ampliar. Lo que es evidente es que el ensanche en la que piensan tiene poco que ver con los libertarios con los que coquetea el Expresidente.

La tenida no tuvo como objetivo enviar un mensaje a Macri, cuentan. Pero se produjo justo cuando el Expresidente amaga a cielo abierto con intentar de nuevo una candidatura. Nadie sabe cuán serio es ese proyecto, pero algunos que lo conoce bien dicen que si los números le dan una esperanza será difícil pararlo. Incluso, hay quienes ya mencionan a Carolina Losada como partenaire electoral.

Eso no impide que Rodríguez Larreta profundice su estrategia histórica: aceptar a todos los que quieran correr por su espacio. “Un cierre de listas donde todos terminan enojados, es un cierre que está bien”, recuerdan haberle oído decir en 2019.

La última incorporación allí es alcalde de Lanús, Grindetti, que juega con Horacio pero conoce a Macri de la época en que era gerente de Socma y sabe de su voluntad de poder, además de estar seguro de gozar de su simpatía más de lo que puede presumir Diego Santilli. Pero lo cierto es que el “Colo” es el favorito del jefe de Gobierno, a juzgar por el acompañamiento territorial que le dispensa. Monzó arma, pero tampoco declina su sueño de gobernar la Provincia. Su única chance, cree, es con Patricia Bullrich. (DIB) AL

Por Andrés Lavaselli

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