El Secretario Legal y Técnico de la Presidencia Carlos Zannini, el funcionario oficial con más poder luego de CFK, se vio obligado a interceder ante el allanamiento de la financiera Propyme, propiedad de Guillermo Greppi, ya que en esa entidad operaba la cuenta de Sueños Compartidos, que era explotada por Hebe de Bonafini a través de la Fundación Madres de Plaza de Mayo en sociedad con Meldorek, la empresa de Sergio Schoklender, que cambiaba cheques oficiales en ese lugar.
A tal punto llegó el disgusto del conocimiento público de la operación que despertó la ira presidencial, por el escándalo político que deja pegado al gobierno con el juez Oyarbide, con otra delicada relación entre el Ministerio de Planificación Julio De Vido y el affaire de Bonafini y Schoklender, conveniente tapado del alcance de la justicia, a pesar de la evaporación de millones y millones de pesos destinados a viviendas populares que nunca se construyeron.
El hecho explotó ayer en los medios cuando se dieron a conocer las declaraciones de Guillermo Greppi, que vive con custodia en la puerta de su vivienda desde hace unos tres meses.
El titular de la financiera Propyme denunció al Juez Norberto Oyarbide lo que provocó un escándalo que llegó a la Casa Rosada.
Asimismo Greppi confirmó su relación con Carlos Liuzzi, un funcionario allegado a Carlos Zannini, del cual manifestó: “es mi amigo, lo conozco de la vida hace más de 30 años”.