Otro caso de transferencias fabulosas de fondos que terminan en bolsillos afines a dirigentes políticos y sindicales, como ocurriera con los planes de vivienda de Madres de Plaza de Mayo y los hermanos Schoklender, es la misma metodología.
Denunciamos que Editorial Sarmiento (diario Crónica) acaba de despedir a Sergio González, dirigente de la Lista Naranja Grafica, y a otros dos candidatos a delegados en las elecciones convocadas por el sindicato gráfico.
Denunciamos también la patoteada por parte de patovicas pagados por la empresa para impedir la entrega de volantes y el ingreso de la urna al diario. Reclamamos la inmediata reincorporación de los despedidos, la libre elección de delegados y el fin de la dictadura en el matutino.
En el 2005 el diario Crónica fue adquirido por Raúl Olmos, dueño de “Forjar Salud” (gerenciadora de la obra social de la UOM), hombre vinculado a Moyano y al kirchnerismo, quien con posterioridad y como parte del crecimiento de los medios oficialistas también se hizo del control de BAE (Buenos Aires Económico), Diario Show, el Atlántico de
Mar del Plata y recientemente de Crónica TV.
Este conjunto de medios recibió el año pasado más de 40 millones de pesos en publicidad oficial -8,6 millones el diario, 12,1 millones el canal y otros 8,9 millones para BAE-. El edificio, dónde funciona la planta gráfica, fue
alquilado a Olmos por la Administración Nacional de la Aviación Civil dependiente del Ministerio de Planificación de De Vido. Todos estos beneficios y más fueron otorgados a Olmos a pesar de que desde hace años no realiza aportes previsionales.
Al mismo tiempo que crecía, impulsado por el oficialismo, el diario Crónica redujo su plantel de gráficos y periodistas a la mitad (más de 200 despidos) e impuso a los que quedaron una verdadera dictadura, sostenida con un staff permanente de patovicas que actúa como fuerza de choque contra asambleas, impide el reparto de volantes en la puerta y recientemente negó el ingreso del sindicato para realizar la elección de delegados que Olmos tiene prohibida.
Con esta dictadura Olmos en el último año eliminó derechos convencionales e instaló un régimen de maltratos y abusos cotidianos.
En el mes de agosto la empresa llegó a tener gráficos trabajando 48 y hasta 96 horas sin descanso (¡otra que los talleres clandestinos!) para garantizar la impresión de boletas para el Frente para la Victoria, otro “beneficio” de cuño oficial.
Llamamos a difundir y sacar a la luz esta situación aberrante, reclamamos la inmediata reincorporación de Sergio González y el resto de los despedidos por persecución gremial, a defender el respeto de los derechos sindicales. Reclamamos al gobierno que multe a la empresa hasta garantizar estos reclamos y el pago de los aportes adeudados y cese de inmediato con la distribución de publicidad oficial y demás beneficios otorgados al Grupo Olmos hasta ese momento.