“La información jurídica es un cimiento básico para posibilitar el acceso a la justicia, pilar fundamental de las políticas públicas de inclusión promovidas por el Gobierno Nacional”.
Esta es la frase que inicia el QUIENES SOMOS de INFOJUS (de su sitio oficial), que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Presidencia de la Nación.
La información jurídica en serio, responsable, cabría agregar a ese texto, luego del fallido acto de hacer aparecer, desde allí, borracho al fiscal Alberto Nisman, al momento de su muerte.
Luego del disparate vino la aclaración de que era un error, burdo para quienes deberían ser custodios de la verdad. Parece que se sirvieron de una fuente que no han identificado. Como si fuera un modesto diario de barrio. Y esto sólo sirve para darle otro golpe al Estado.
Nos golpean a nosotros, los ciudadanos que pretendemos ser Estado. Lo real es que el Estado se puede golpear de diferentes formas, desde adentro y desde afuera, aunque en realidad siempre es desde adentro, unos u otros, empujados desde aquí o desde allá, pero desde nuestras propias fronteras y con intereses mezquinos de por medio.
Y a propósito de fronteras ¿cuáles son? En este caso de la razón que debería guiar a una República. El descontrol de la información, de las palabras, lo que indefectiblemente nos lleva a la sinrazón, a la locura generalizada, a los ataques verbales y también materiales, hasta con muertes dudosas, sin filtros, sin límites, sin fronteras. En esto nos debatimos los argentinos, en saber quiénes somos y hacia dónde vamos.
En todo esto, como si fuera poco, en el centro del debate, de la información, el caso del fiscal Nisman como síntoma de un territorio mal ocupado si escondemos, trampeamos, mentimos sistemáticamente. En esto está el gran compromiso que va por encima de las ambiciones y las culpas pasadas. Está el futuro de la Argentina como país serio y organizado.
Entonces aparece otro caso a dilucidar. No valen las disculpas. Vale que aparezcan los culpables. INFOJUS no es ese modesto diario de barrio. Su gente es pagada por todos nosotros a través de los impuestos. No puede mentir ni se puede equivocar y quedar ahí. El pueblo, al menos yo, quiere saber de qué se trata. Quiénes son y hacia dónde van con esta falta de responsabilidad. Golpeando al Estado como si no fuéramos nada, como si no perteneciéramos a él, pero queremos ser aunque alguien no quiera.
De último momento se informó que echaron al jefe de Infojus, pero en realidad ¿quién es el jefe, quién lo nombró para que fuera más papista que el Papa? Perdón por insistir, pero ¡nos pasan tantas cosas!
Miguel Toscano