“Diga señor gobernador quién les tiene las manos atadas” bramó el ex presidente Kirchner, ante un gobernador bonaerense que como siempre tragó salida, en esa ocasión en el mismo escenario público. Néstor Kirchner acosó a Scioli con el tema de la seguridad, por el daño electoral que causaba en el mayor distrito electoral del país, durante 2010.
La resurrección kirchnerista comenzó a partir de la muerte del ex presidente. Ahora el 54 % que acompañó a Scioli como a CFK, lo convierten en adversario de la propia interna. La primera víctima a cobrarse es Ricardo Casal, como un directo disparo al mandatario bonaerense. Le disparan Garré, Zaffaroni y Mariotto, quienes exigen un cambio en la política de seguridad; la salida del ministro es la única salida política posible, pero que estará lejos de solucionar la pelea de fondo, sino otro capítulo de guerra de guerrillas.
En este avasallamiento del uso del poder, el Poder Ejecutivo Nacional irá por el control de la Policía Bonaerense. Scioli dejará caer su pieza, como cuando se declina el rey en el juego de ajedrez. Más tarde o más temprano, las fichas están jugadas. ¿Cómo hará Scioli para desandar su camino, para ir contra sus propias órdenes? No es una cuestión orgánica ni burocrática, sino una razón política que está decidida, y no en La Plata, sino en Balcarce 50. El que ha quedado desautorizado es Scioli, y deberá pagar éste y todos los episodios que hagan falta, hasta que la bonaerense pase a manos K, quiera o no quiera Scioli. El gobernador entregó a su policía. La Cámpora se mueve en zonas liberadas como lo hizo sobre la avenida Luro en oportunidad de la cumbre de presidentes iberoamericanos, atentando contra locales de adversarios políticos.
¿Qué solucionen llegarán a la población con policías que cobran $ 80.- por día? Que además son manoseados por políticos que juegan con las instituciones y que con una ostentosa demostración de poder, terminarán con una nueva fórmula de distracción en una seguidilla de hechos de inseguridad, que no se arregla con patrulleros ni chalecos antibalas.
Cómo se recordará Scioli en otro manotazo de ahogado anunció una policía municipal, a la que no escapará General Pueyrredón. Pero hay que estar muy distraído para desconocer que Mar del Plata encabeza las estadísticas de asesinatos. Las marchas protestas y manifestaciones llegan hasta la pegatina de volantes reclamando justicia en la propia ventana del despacho del intendente Gustavo Pulti.
Justicia por Franco, por Ariel, por Joaquín, por Dardo, por Dalina, y muchos más, justicia, justicia, justicia y seguridad encabezan las marchas de familiares y amigos de víctimas del delito en General Pueyrredón. La gestión municipal en relación a la seguridad ha sido pésima, pese a que se han recibido fondos a discreción, que se han aplicado mal y se han invertido peor. Mar del Plata debe ser la única ciudad en la Provincia de Buenos Ares que no cuenta con el dispositivo de las cámaras de seguridad, en una bochornosa licitación pública.
Desde 1987 la Provincia de Buenos Aires es conducida políticamente por el P.J. y es evidente el retroceso que se experimenta en la materia. Desde la Suprema Corte de Justicia de la Provincia se ha solicitado públicamente el giro de alrededor de $ 50.000.000.- que no ha podido ser cumplimentado y sólo se atenderá durante 2012.
Cómo es posible que encima se utilice a los agentes de la policía para dirimir la interna política entre Scioli y Mariotto, llevando a los efectivos al acuartelamiento porque hubo tres heridos de la organización oficialista de La Cámpora. Esa debilidad política (muy posiblemente se lo hayan ordenado) obligó a Scioli a separar de la policía a seis de sus agentes, quienes manifiestan haber estado cumpliendo sus órdenes. El gobernador pierde autoridad, cede en todos los terrenos. Además por si hiciere falta lo dominan con la caja, con lo cual su poder ha pasado ser meramente testimonial, sin rigor, sin peso propio.
Jorge Elías Gómez
EXCELENTE !!! El problema es que en política la verad no es un elemento importante,es algo mas que puede o no tenerse en cuenta-El problema no es la mentira,se cambia la mentira y todos seguimos embobados con el nuevo guion o relato,el problema tampoco es el o los mentirosos que abundan en el gobierno,el problema es que a los argentinos nos encantan los mentirosos ,solo les exigimos buenas mentiras y a veces no tanto.-