Política

Ni contabilidad creativa ni presupuesto con tensión

Muy poco se conoce sobre la experiencia política de Hernán Mourelle. No existe demasiada información de su cúmulo técnico, no obstante lo cual se descuenta que la improvisación no llegó con sus valijas y el amateurismo no forma parte de su bagaje.

Sin alta exposición personal, hasta por razones de seguridad, por la presencia vandalizada en cercanías de su despacho, su desafío será ponerle coto a presupuestos con desequilibrios reiterados y déficits acumulados.

Para hacer los deberes y meter a esta municipalidad en caja, el respaldo político no será el problema. El tema serán sus intérpretes locales y los intereses que defienden. Mourelle será un soldado de formación prusiana, para acatar todo lo que baje como programa desde Nación y Provincia. Hace sólo 8 días las urnas fueron implacables, casi un pagaré.

Cuál será la metodología que aplicará es el dilema. Cuál será la línea de órdenes y cómo jugarán los aliados, frente a medidas que no sabrán a bálsamo, sino a sal sobre las heridas. Los secretarios no tendrán ni la oportunidad de tirar de la manga, con lo cual Mourelle se convertirá en el clásico Dr. No.

El contexto es el peor. Se acabó el período de gracia, agotado el recurso de la herencia recibida, el enfermo entrará al quirófano dispuesto a una alta dosis de anestesia. En Mar del Plata no hay sólo graves problemas económicos, sino graves problemas políticos, que han profundizado una situación crítica que se convirtió además en permanente, y cuyo arrastre ha desajustado todas las variables de una economía sana.

Rigurosamente la fórmula será eliminación de gastos, achiques, mayor recaudación por aumento de tasas de servicios que no se prestan, un aumento de la cobrabilidad y un ataque sin cuartel a las erogaciones que mueven la aguja que hacen la diferencia. Es inexplicable que la recolección de residuos haya pasado de U$S 1.000.000.000 en la década del ´90 a U$S 4.000.000 en la actualidad. Es insostenible para esta ejecución.

La masa salarial ha crecido a límites desconocidos, no hay parámetros de equivalencia con otros municipios. Guardavidas que siempre cerraron sus números con un empleador concesivo. Son algunos de los factores que terminaron de armar un monstruo que debió saciarse con asistencia nacional y provincial.

Las reglas del juego han cambiado. Habrá acceso a fondos frescos para ir limando hacia el saneamiento. General Pueyrredon exhibe el peor de los balances, se puede editar el manual de lo que no debió hacerse, demasiada contabilidad creativa y tensiones presupuestarias. Si está endeudada y además no tiene capacidad de pago, no hay salida, salvo un Mecenas, que muy probablemente no sea el flamante secretario de Hacienda.

“Si no tenés plata y no le podes pagar a tus funcionarios, déjame que te los nombro yo, que soy la que pongo la plata, encima cobran muy bien”. La gobernadora estrella del PRO habló y el intendente escuchó, como oportunamente lo adelantó en exclusiva mdphoy.com. Mourelle forma parte de aquella advertencia. La mala política ha aturdido a Mar del Plata, se incrementó su dependencia, vivió de prestado y el hábito se hizo costumbre. La hemorragia no sabe de torniquetes, sino de puntos de sutura. Esta situación de crisis siempre fue eludida por la política, que no se la tomó en serio.

La irresponsabilidad del Concejo Deliberante ha sido manifiesta en todos los órdenes, ahora irán por ellos. A un técnico en la materia, no se le escapará cómo se ha evaporado la reserva de un presupuesto anual, que OSSE mantenía para enfrentar eventuales situaciones críticas. OSSE es una empresa que vive en otro mundo, recauda una sobretasa sin entregar contraprestación, la rinde sin auditores y cómplices en el HCD. Un disparate.

A la MGP,  Mourelle llega con el poder político necesario, y lograr circunstancial desembolso para poner la casa en orden,  para revertir este gigantesco desatino. Hay que ver si puede, si quiere, y fundamentalmente si  lo dejan.

Jorge Elías Gómez

jgomez@mdphoy.com

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