Dicen que la Avenida Newbery que une Mario Bravo con las 515 es la zona donde habita el poder. La rosca política se enciende y allí atienden sus actores. Sufren el tránsito por ese sector. Anoche hubo accidentes pero debió haberse cortado el tránsito de manera total, poner banderilleros, señales luminosas, algo, no convertir el lugar en una tragedia latente. Ya los responsables la sacaron regalada hasta el momento.
Frente al complejo de entretenimientos, camping y parque acuático se registra un pico de embotellamiento, pero es un coto que enfrenta el desafío de trabajar con el Estado (deben moverse en la precariedad y en la inexistencia de equipamiento y asistencia pública) que actúa como cazabobos mortal donde se construye una gran obra que ya parece el Monumental de Núñez.
Pasalto es la empresa a cargo que está trabajando en la zona, por lo menos así están identificado el equipamiento de máquinas viales y camiones trompos de hormigón, pero abandonando las medidas de seguridad que se requieren en obras de esta envergadura sometidas a un tránsito intenso nocturno
Anoche la lluvia y la falta de iluminación hicieron el combo completo y hay que hablar de varios milagros para que sólo haya habido daños materiales.
Es alarmante e irresponsable salir a la calle con maquinarias de ese porte y sin las medidas de seguridad mínimas para abrir diez frentes de trabajos simultáneos. “Esto no es de mi jurisdicción” dijo una fuente consultada, cuando sólo una motoniveladora empezó procurando subsanar el descalce con la cinta asfáltica y las paradas de colectivos de la 511 G, para que los pasajeros no tuvieron que disponer de una manga de aviación para ascender a las unidades. (Noticia en desarrollo)