Salvo contactos informales que no merecen ser difundidos por los canales oficiales del STM, ya en las postrimerías de agosto no se han registrado novedades, sobre la convocatoria para celebrar la continuidad de la paritaria municipal. Están en mute los funcionarios del Departamento Ejecutivo como la conducción del Sindicato de Trabajadores Municipales.
Ya el clima de inquietud y malestar se va profundizando y no hay expectativas de respuestas rápidas y mucho menos positivas ya que todo indica que continuará la variante de ajuste salarial para lograr el equilibrio financiero municipal. En este sentido el tiempo es oro, porque permitirá impactar algún porcentaje sobre el presupuesto 2023.
Del FESIMUBO anunciaron una protesta cuya fecha de celebración aún no se ha conocido y por lo tanto el STM espera plegarse orgánicamente a la convocatoria sin sacar los pies del plato. Tampoco hubo demasiados avances tras el encuentro de Kicillof con estatales bonaerenses y más desconcierto aún con la convocatoria y discurso de un minuto de Pablo Moyano.
Fue un acto de distracción del líder sindical y las cúpulas gremiales vuelven a preocuparse cuando escuchan en tonos no demasiado dogmáticos aquello de “Con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes” porque la inflación no da tregua y llegar a fin de mes es una expectativa que ya no se cumple en la mayoría de los casos ya que la canasta básica accedió a $ 111.300.- mensuales.
Donde si hubo novedades fue en la oposición al oficialismo del STM que dispuso alejarse de la conducción de Antonio Gilardi, y lo hizo a través de un pormenorizado comunicado donde enuncian una serie de incumplimientos que consideran irreversibles y dan por agotado el acompañamiento en término indeclinables a la actual comisión directiva.
También en el mismo texto se dan a conocer cuál ha sido la moneda de cambio en un pacto implícito con las autoridades municipales que favoreció a los beneficiados con reencasillamientos, traslados, horas extras, etc.
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