Según el secretario de Hacienda Germán Blanco las finanzas municipales están relativamente acomodadas, así casi en términos callejeros se expresó el funcionario responsable del manejo del dinero público de los contribuyentes marplatenses.
Se puede aceptar en un contexto de la marcha de un maxi kiosco, sin intentar ser peyorativo para quienes luchan para sostener un negocio de ese rubro y tienen que pagar adicionalmente servicio de seguridad privada, barrer las hojas en las calles, pagar algún contenedor de CIAGESER y una TSU de servicios que se cumplen parcialmente o brillan por su ausencia, que no es el caso, por ejemplo, del alumbrado de la Plaza Peralta Ramos que luce encendido “a giorno” a las 14.00 de un día con un sol resplandeciente. Aquí la municipalidad aplica de hecho, una doble imposición en el cobro de tasas a pesar, de que no cumple con los servicios
También llama la atención que se anuncie con bombos y platillos, que van a construir en 2 etapas de 10 cuadras, una la ciclovía que irá en principio desde Plaza Mitre a La Perla, con recursos y mano de obra propia, mientras esperan la financiación para sumar otras diez cuadras del sendero, que sólo constan de durmientes de hormigón acostados y una línea divisoria, todo por administración. Pero la pintan como una obra de mega ingeniería.
No se descarta que la municipalidad no tenga capacidad de pago o que haya agotado su crédito.
Un vecino tiene más chances de arreglar 1 m2 de su vereda rota, que la MGP en montar una ciclovía de otras 10 cuadras con un presupuesto anual de $ 40.000.000.000.- Antes de que sea demasiado tarde alguien tendrá que reparar en estos desajustes.
Como para ir poniendo algo en claro, o blanco sobre negro, siendo prácticos en la comparativa a valores constantes la municipalidad entre 2020 y 2021, volvió al 2015, es decir retrocedió 6 años y la tendencia tampoco es la mejor noticia, aunque la inflación y el estiramiento en los pagos como el ajuste en los sueldos municipales llevan un poco de aire para cerrar el ejercicio “en equilibrio”.
Los internados en el asilo de ancianos debieron ser trasladados al Hogar de la Gruta de Lourdes, o un centro de salud debe cerrar sus puertas porque no repararon una caldera. Los vecinos deben llevar un mapa con los cráteres que hay en los barrios, para que algún día aparezca alguna cuadrilla para un tapado cuya duración es hasta la primera lluvia fuerte.
Las lámparas de alumbrado público, también según la denuncian los vecinos, se hace previa confección de un croquis con 30 reclamos por zona, para optimizar el presupuesto, es decir no hay recorrida de mantenimiento correctivo y mucho menos preventivo. El vecino pasa a formar parte “ad honorem” (como funcionario municipal) en su acción de recobrar la luz en su calle y tratar de evitar hechos de inseguridad, de los que tampoco zafa.
La ciudad es un basurero a cielo abierto a pesar que la recolección de residuos produce el mayor gasto de la comuna, excluidos por supuesto los sueldos de los trabajadores municipales, que sólo en 2022 han recibido un 10 % de aumento, es decir han sufrido en 4 meses una pérdida de su poder adquisitivo del 50 % en su bolsillo, no hay bonos a cuenta, nada , cero al as.
Pero el futuro es preocupante. Ya que a Diciembre 2021 el Municipio registró un costo salarial de $ 3.200.000.000 incluyendo medio aguinaldo y servicio de guardavidas. Si estimamos que la paritaria debería sumar al menos 70 % y estimamos que la bonhomía del Sindicato de Trabajadores Municipales “acuerde” además del 10 % a febrero un 10% en mayo, julio, setiembre, 20% en octubre y otro 10% en Diciembre, implicará un incremento salarial ponderado en el año del 30%. Si a los $ 2.000.000.000.- de costo salarial de Diciembre lo incrementamos en ese 30%, arroja un promedio de $2.600.000.000 millones mensuales que en 13 meses totalizan $33.800.000.000. Si adicionamos $5.200.000.000 millones al menos del servicio de recolección de residuos, el total entre sueldos y recolección de residuos es de $39.000.000.000, superior a los $ 38.000.000.000 presupuestados y aún faltan bienes y servicios que deben comprarse y contratarse, es por eso que volvimos al 2015, gestión Pulti dónde los ingresos ni siquiera alcanzaban para sueldos y recolección, aún nos queda el 2023 donde la situación prevé empeorar y mucho.
No es sólo la tribuna techada y la torre de iluminación del Estadio José María Minella, que tomaron otra visibilidad…ya tenemos que observar la involución como una constante del gobierno de Guillermo Montenegro en general, y en particular sus socios en la coalición política que integra con la UCR y la CC. ¿Hasta cuándo le aguantarán los trapos?
Mientras exista el kirchnerismo como pantalla protectora, quizás electoralmente no se sienta el impacto, pero se van achicando los márgenes de tolerancia social aceleradamente.
Jorge Elías Gómez