El flamante intendente Guillermo Montenegro, se aleja todos los días un poco más de los postulados de CAMBIEMOS. Trascendió en las últimas horas que Sebastián, el hijo de Eva Moyano, que se desempeña en el área de Defensa del Consumidor como personal de planta, cuyo ingreso se produjo durante el gobierno de Gustavo Pulti, pasará ser parte de la planta política de la Municipalidad, por un pedido expreso de la hermana de Hugo, el tío de Sebastián.
La actual gestión en pocos de 72 horas, casi bajando tiempos, se encamina cómodamente a superar el número de funcionarios políticos del gobierno anterior, según ha trascendido desde la Secretaría de Gobierno, a cargo de Santiago Bonifatti, a quien ya se sumó su hermana Lucía.
Montenegro y Barrionuevo, cómo se recordará, mantuvieron noches atrás un chispeante encuentro, en una generosa cena que transcurrió amenizada con larga sobre mesa, en uno de los más exclusivos restaurantes de Mar del Plata y ante la vista de prácticamente 100 personas.
Cómo se recordará durante el gobierno de Gustavo Pulti, los secretarios generales del Sindicato de Camioneros, Héctor Martínez y Luis Martín, fueron nombrados como directores de Higiene Urbana, dependencia que tiene a su cargo las tareas de inspección sobre empresa como Transportes 9 de Julio y CIAGESER. Es decir zorros dentro del gallinero. Se supone que el hijo de Eva Moyano no será designado en Higiene Urbana, Paseos Públicos, etc. porque ya se trataría de una torpeza con visos de complicidad.
La confirmación de Sergio Andueza, al frente del Centro de Operaciones y Monitoreo, no sólo por provenir de la gestión Pulti, sino que también da la continuidad a un proceso desde el 2009, preñado de irregularidades de concesión en el servicio de cámaras de vigilancia, que fue un traje a medida a la empresa de Mario Montoto y que alcanzó instancias penales. Montenegro proviene del estudio de Esteban Righi, lo cual suma asociaciones que por lo menos deberían observar algún grado de recato ante el votante de Juntos Por el Cambio.
Cómo para ir atando cabos de la casi familiaridad que se expresa y abundantemente se difunde, entre los ex legisladores nacionales, Fernanda Raverta (la flamante ministro de Kicillof) y el intendente frustrado de San Isidro, hoy democráticamente elegido (proscripciones mediante de MEV) en General Pueyrredon. Se asume abiertamente que Raverta irá en 2023, por limar el 3 % que la separó de Montenegro el 27 de octubre, fruto de la densidad de 3 sobre los 7 circuitos electorales de la ciudad, de los 10 entre los cuales se integra el padrón electoral.
La estratégica vigilancia de las cámaras y domos, se convierte en la llave de la seguridad de todos los vecinos de Mar del Plata, y llama la atención que el gigantesco negocio de la seguridad pública, servicio del cual Montenegro es un experto, entre en la misma variante que sus antecesores. Nada tranquilizante por cierto. Ya en este tema hay demasiada gente con una pata en ambos lados del mostrador.
Ya superan los dedos de las dos manos, entre dibujos y nuevas designaciones, la incumplida promesa de campaña de Montenegro (que corrió por su cuenta o con una señal del multimedios) de la no admisión de funcionarios que formaron parte del mandato que finalizó el 9 de diciembre. Siempre el hombre es dueño de su silencio y esclavo de sus palabras.
Claramente se avanza en un perfil cuya proyección no deja exento de dificultades, un marco que puede alterar la gestión ante el cruce de intereses políticos, personales, empresariales y económicos como se puede observar y comprobar, en un mapeo a sólo 2 días de una expectante puesta en marcha de un nuevo gobierno que responde al signo de CAMBIEMOS.
Jorge Elías Gómez
Que ganas de romper que tienen , la verdad dan asco.
Creo que no lo elegimos para que se rodee de esas personas, lastima.
¡quien puede votar a un intendente que ni siquiera vive en la ciudad?
siempre votamos para ver si hay posibilidad que el que viene sea mejor que el que se fue, pero en este pais no cambia nada y en los politicos menos.