Montenegro le tira a todo lo que se mueve, aunque en este caso se trata de inseguridad política. Hay caminos sin retorno y no dejó ninguno sin apelar. Llegó con Nicolás Lauría con 1er. Concejal en 2019, su sucesor en la cadena de mando institucional. No le dio la silla ni 5 minutos. La confianza entre ellos no era precisamente una dispensa. El UATRE hizo su aporte a la campaña, es una de las explicaciones, quizás la más creíble. Es todo pura casta.
Loteó el gabinete acordó con Abad que metió todas sus fichas, y un pleno con su esposa que pasó a ser la notaria del HCD, sin trayectoria, militancia política y familiarmente proveniente del peronismo santafecino.
El único activo político del intendente fue profesar el anti kirchnerismo, pero previsor se dio cuenta que esa condición podría ser insuficiente. Mediciones alertaron de la instalación de LLA con Rolando Demaio que pisó el 20 % sin nivel de conocimiento. Ahí hizo la diferencia para su reelección.
Ya el negocio de armar con Gustavo Pulti para sacarle votos a Fernanda Raverta, había cumplido su ciclo, ante el acuerdo de Acción Marplatense con la pertinaz perdedora y depositaria de los recursos de la ANSES. Magra performance electoral, tan módica que hoy todo el peronismo marplatense se apresta a enfrentarla y bloquearla en la legislativa de 2025. Un camino lleno de piedras hasta en espacios que le fueron comunes pero con la billetera llena, ahora no es la misma historia
Montenegro, no obstante es flor y nata de la casta, se apeó a LLA con la clásica boleta de dos colores repartidas clandestinamente, a lo que se recurre cuando no alcanza con valores y convicciones. Los votantes de Milei tuvieron la opción en el cuarto oscuro de un intendente PRO, con alto nivel de conocimiento pero con cuatro años de gestión difusa, errática y no exenta de sospechas.
Cuando hizo falta entre el 2019 y 2023 apareció un presto Horacio Taccone para poner su voto junto al oficialismo “ávido del beneficio para los marplatenses”. Un precio que caía como anillo al dedo a la hora de negociar un presupuesto o aprobar rendiciones de cuenta. Ahora Montenegro no necesita esa “ayuda”, la mayoría propia redondeó su negocio político.
La estrategia del intendente consiste en sobreactuar en el terreno de la LLA, capitalizar en la nube de Milei es un formidable pretexto con la vitrina de Mar del Plata, que supo ensuciar cuando su gestión entra en el análisis y ni es necesario recurrir a una lupa. Las manchas son visibles a simple vista.
Hoy la salida política es en avalancha en búsqueda de la puerta que oxigene con un mínimo de aire político. La llegada a Balcarce 50 tiene un camino lleno de intermediario con sus respectivos peajes. Con Axel hay que cultivar la confrontación en la provincia y con el Sindicato de Trabajadores Municipales, la cuestión es “a matar o morir”. Hay que mechar mientras se aguante y esperar que la crisis actual no se lleve puesto a algún protagonista con cartel: el gran temor de Montenegro.
NOTAS VINCULADAS
Montenegro se alzó contra Macri: Su voto a favor de Ariel Lijo; Arde la interna
Montenegro encargó 600 mil boletas de Milei para cortarle a Patricia en Mar del Plata
Guillermo Montenegro: “Si Javier Milei va a ver a Fátima Florez, es probable que lo vea”