Lo disimula muy bien, se hace filmar como parte de una campaña para neutralizar efectos negativos de resonancia pública. Ya lo coucheaban en 2020 para hablar de inseguridad y corona virus.
Hacen 11 días, en el pico de la fiesta del enduro, se produjo uno de los hechos policiales más resonantes y de mayor repercusión nacional, ocurrido en plena Playa Grande, un domingo a las 17.00 y con óptimas condiciones climáticas.
En una de las postales de Mar del Plata, un reconocido empresario local que administra uno de los servicios públicos más seguros y eficientes de la ciudad, fue el blanco de arrebatadores que se desplazaban en grupos a bordo de motocicletas, en la modalidad piraña intentaron despojarlo de su rodado ejerciendo la violencia cuya víctima también resultó su compañera.
A partir de ese momento se dispusieron operativos, grabándose videos con la participación del intendente, una manera de huir hacia adelante una vez más, cuando aparecen los problemas de seguridad en vía pública. Se recurre a la mecánica consabida de emitir imágenes de dos minutos, que se multiplican por el trabajo de redes sociales que forman del blindaje mediático del gobierno municipal.
Sin embargo los casos de inseguridad no dejan de reiterarse en la totalidad de General Pueyrredon, ya sea Plaza Mitre, Colón y San Martín. Esta zona gris en la cual se convive con la gobernación bonaerense y son una de las partes del estado bobo del que forma parte hace 30 años el propio intendente. Por ejemplo en la playa municipal de secuestros las motos son desmanteladas y generan un mercado negro de piezas y repuestos.
Uno de los distritos más emblemáticos del “estado bobo” es Mar del Plata, del cual se cuelga Montenegro como un pilar de sus críticas es que cobra por servicios que no presta directamente, o lo hace en forma deficiente. Recolección y disposición de residuos, arbolado urbano, atención de la salud en salas barriales, educación, seguridad, política de personal y ha insertado a OSSE en un endeudamiento difícil de mensurar, desviando partidas que no son de su incumbencia ni propias de su ámbito de ejecución.
Incurre en incumplimientos que constituyen su gestión básica de prestación de servicios, ya agotó 5 años de mandato que compartió animadamente con el ex presidente Alberto Fernández medía 70 % de imagen positiva, o con el mismo ministro Sergio Berni, de correrías comunes en CABA, cuando se creó la Policía Metropolitana.
Al intendente si se le inquiere por la calidad de servicios que debe prestar tiene una alta tasa de cobrabilidad. Y si hoy se observa muy acometida la reparación vial, la misma es fruto a la aplicación de una tasa extra a la carga de combustible, habiendo sido uno de los primeros municipios en implementarla a partir de febrero de este año.
También percibe el GIRSU a través de la boleta de agua y cloacas (que va a ser modificada en breve en el próximo presupuesto). Hoy las bombas de extracción de agua y su impulsión con nuevas tarifas de energía impactan seriamente en la Sociedad de Estado. También compensa con EDEA el gasto de energía eléctrica, que deriva del consumo en alumbrado público que luce más apagado que encendido.
Los fondos de promoción turística de la ciudad se aplican a sus apariciones de político en tono campaña para instalarse como aspirante a la sucesión de Axel Kicillof. Así aparece en TN y en La Nación+, y es rutilante por supuesto el flujo hacia el multimedios La Capital. ¿Alguien observa a algún intendente bonaerense en esas señales porteñas? Es obvio que paga por su presencia.
Habla de austeridad, reducción de gastos, eliminación de cargos políticos (asumió con 165 funcionarios) – Mar del Plata fue como La Matanza entre 2015 y 2019 -, cuando Macri y Vidal fueron gobierno con JxC. Entra en el paquete el producto nunca blanqueado de las fotomultas y cuál será destino ya digitado del estacionamiento medido.
Sabe que su precio sube, cuando el enfrentamiento con el Sindicato de Trabajadores Municipales y el gobernador Kicillof aumenta su cotización. Esto es, se vende bien con una franja del electorado afín ideológicamente. Ya flirtea con LLA
¿Donación de sueldos? ¿De qué estamos hablando? Cuando asistimos a obscenas compensaciones edilicias a partir de magras y módicas obras de servicios en paseos públicos que no supieron, no pudieron ni quisieron reparar.
Demasiados distraídos habitan el Honorable Concejo Deliberante. Mar del Plata es un cabal exceso de “estado bobo” llevado adelante como nunca en su historia por el propio intendente Montenegro.
NOTAS VINCULADAS
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