-Boletín-, Política

Montenegro liga en contra: un clásico de un verano caliente

No creemos demasiado en las metáforas, pero que las hay las hay. Y lo que sucedió durante la celebración por la incorporación del buque “Mar Argentino” a la flota del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) fue sin dudas una metáfora, tal vez, de la temporada de verano más rara que viviremos en nuestra historia.

Como suele ocurrir en estos casos, los encargados toman una botella de champagne y la rompen contra la proa, en señal de buenos augurios. Pero esta vez… la botella no se rompió.

Y eso que le dieron y le dieron contra la embarcación. Pero no pudieron. Más de uno habrá pensado que con lo caro que está el champagne lo peor que podrían hacer es desperdiciarlo de esa manera. A lo mejor la botella era de mentira, para ahorrarse unos pesos. O a los que intentaron romper la botella les faltó un poco de “polenta”. Bueno, mejor no hablemos de polenta…

Hablando de cosas que se rompen. Lo operaron al intendente Guillermo Montenegro… No no no, no hablamos de la vez que lo operaron haciendo público un audio de WhatsApp, si no de la intervención quirúrgica que sufrió la semana pasada luego de cortarse una mano en Capital Federal con un vidrio. Aunque algunos adentro de “Juntos por el Cambio” dicen -teniendo en cuenta su vínculo con Alberto Fernández- que no es la primera vez que Montenegro se corta solo.

Hablando de Montenegro, estrenó la Intendencia con el incendio del edificio de Torres y Liva y conmemoró el año de aquella tragedia con la caída del techo del Distrito Descentralizado El Gaucho. Al final lo único que pudo mantener en pie fue su acuerdo con Acción Marplatense para que le voten el presupuesto. “¡Qué suerte pa’la desgracia!”, diría Pepe Biondi.

Aunque desgracia es la que vive la ciudad con la pandemia. Cuando los números de contagios empezaban a descender, empezaron a subir de nuevo. El Covid en la ciudad tiene tantas curvas, que si se entera Nito Artaza lo convoca de vedette para la temporada.

Esperamos, eso sí, que si todo sale mal con este asunto y tenemos que volver a Fase 1, no le hagan pagar los platos rotos a Montenegro. Bueno, o que los pague pero que no los toque, a ver si se corta y lo tienen que operar de nuevo.

Es que pasan cosas raras alrededor de nuestro benemérito intendente. Por ejemplo el otro día recorrió las instalaciones del frigorífico “Campo y Faena S.A”, perteneciente al grupo Raffe, y les entregó el certificado de habilitación. Y vea usted la puntería del jefe comunal, que se trata de la misma habilitación que ya había entregado Carlos Arroyo el 2 de octubre de 2019 cuando era jefe comunal.

Montenegro al final es como Don Rodrigo Díaz de Carreras, que fundó Caracas en el mismísimo centro de Caracas. ¡No se dio cuenta!

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