Montenegro en la firma del convenio para hacerse cargo del Festival
Guillermo Montenegro se apropió del rédito político del Festival de Cine de Mar del Plata, uno de los 15 más importantes del mundo, y dejó en offside al titular del Incaa a Luis Puenzo.
El festival no se hizo de manera presencial en 2020 por la pandemia y Puenzo creyó que este año sería igual, ya que las salas de cine habían vuelto a cerrar. Pero la apertura de actividades que dispuso el Gobierno nacional luego de la derrota en las primarias le sacó el argumento.
El titular del Incaa creyó que no había tiempo suficiente para organizar un festival de un prestigio semejante. “Se colgaron y se olvidaron de hacer el festival”, dijeron a LPO fuentes del Incaa.
Pero el intendente de Mar del Plata aceleró las gestiones con Fernando Juan Lima, el presidente del evento y se hizo cargo del 75% del financiamiento del festival. Lima fue vicepresidente del Incaa durante el macrismo y también fue juez como Montenegro, por lo que la sintonía entre ellos sirvió para hacer posible el festival.
Las “bases” también se expresaron en contra de la inacción de Puenzo. La Junta interna de ATE en el Incaa acusó al Gobierno de “tercerizar” el festival y se quejó de las declaraciones de Juan Lima, que admitió que esta edición del festival será “acotada y desprolija”. No cayó bien que los empleados del Incaa, que solían viajar una semana por el festival a Mar del Plata con todo pago, no lo puedan hacer porque el macrismo se quedó con la organización a nivel local.
“Nunca se centralizó tanto la presencia del intendente de Mar del Plata en el Festival”, dijeron a LPO desde una de las organizaciones más reconocidas del sector. Montenegro acaparó los flashes en la firma del convenio para hacerse cargo del festival en el Torreón del Monje.
En los pasillos del Incaa aseguran que la gestión de Ralph Haiek al frente del Incaa al menos no ocultaba su pertenencia al macrismo. “Que vuelva Haiek si vamos a hacer macrismo”, se quejan.
Puenzo había vuelto a contratar a Lima en el Incaa pese a que había abandonado el instituto en el último tramo de la gestión de Macri. Lo que no esperaba es que su vínculo con Montenegro le trajera problemas: ni Axel Kicillof, ni el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, fueron avisados a tiempo de que el Festival más importante del continente sería organizado por el macrismo en plena gestión peronista. Montenegro incluso le puso los colores de su municipio al logo del festival.
LPO