Durante la misa, estuvo el Coro de Cámara de la Universidad Nacional y al finalizar se presentó el Coral Carmina.
La misa comenzó a las 19, fue presidida por el Obispo; concelebrada por el párroco de la Catedral y vicario general de la diócesis, Monseñor Armando Ledesma, y por una decena de sacerdotes de la ciudad. El Coro de Cámara de la Universidad Nacional, dirigido por el Maestro Horacio Lanci interpretó en la misa el Kyrie Eleison, el Santo y el Cordero. La imagen de Santa Cecilia, adornada con flores rojas –representando su martirio- fue ubicada en el comulgatorio, delante del altar, para poder ser homenajeada.
Durante la homilía el Obispo expresó “celebrar las fiestas patronales es la ocasión para renovar la conciencia de nuestra identidad; también es oportunidad que nos mueve al cambio de lo que necesita reforma, e impulso rejuvenecido para el testimonio misionero”. “Me consta que así lo han entendido los diversos cuadros apostólicos de esta comunidad parroquial, pues durante la novena preparatoria he podido encontrarme con ellos y comprobar la seriedad del compromiso evangelizador, así como la calidad de las iniciativas de solidaridad y cercanía, de socorro y de alivio. Doy, por eso, gracias a Dios, pues he hallado un laicado activo y lleno de entusiasmo por servir a la causa del Evangelio y de la Iglesia” destacó Monseñor Marino.
Sobre la vida de Santa Cecilia, el Obispo indicó, “entre los distintos rasgos de su martirio, hay uno que la tradición ha retenido y privilegiado por encima del resto, elevándolo a la categoría de símbolo distintivo de esta santa: la gozosa alabanza y el canto que ella elevaba a Dios en medio de las pruebas y tormentos”. Y posteriormente reflexionó, acerca de la relación entre la arte y la liturgia señalando “el arte en la liturgia encuentra su sentido en la gloria de Dios, y queda por eso íntimamente conectado con la santificación del hombre”.
Al concluir su homilía, el prelado dijo, “como Obispo de Mar del Plata, imploro sobre esta ciudad y esta diócesis, la abundancia de las gracias del cielo. Sabemos que los cimientos de la sociedad están en crisis en nuestra patria ante ciertas leyes que niegan el orden de la ley divina y natural. Ante esta situación, me complazco en repetir palabras del obispo mártir San Ignacio de Antioquía, quien en los primeros años del siglo II decía: Lo que necesita el cristianismo, cuando es odiado por el mundo, no son palabras persuasivas, sino grandeza de alma”.
Finalizada la misa, Monseñor Armando Ledesma agradeció a todos los presentes, entre los que se encontraba el concejal Héctor Rosso, algunas autoridades militares y empresarios de la ciudad. El párroco del templo mayor de Mar del Plata, invitó a todos los presentes a celebrar a la patrona de la música, escuchando al Coral Carmina, que, con entrada libre y gratuita, interpretó la misa de Santa Cecilia de Gounoud.