Mirá, mirá, mirá sácale una foto ….

Los concejales del Frente Para la Victoria son políticos que viven de generosos recursos públicos. La distribución de los mismos, con su derrame llega abultadamente a sus bolsillos, pero no al de los jubilados. Dicen que van a cuidar el bolsillo de los argentinos, en medio de un terrible ajuste económico que impulsa CFK.

El Frente Para la Victoria que cuide a los jubilados para que no se nos mueran de hambre. El 11,31 % de aumento representa para los pasivos que cobran la mínima, una mejora de $ 9.- por día, cuando lo perciban  en marzo ya se los habrá devorado la inflación existente de enero y febrero. La devaluación (que viene desde hace meses)  ha consumido el poder adquisitivo. Pero sobre los jubilados representa un castigo. Ya estaban al borde de la supervivencia, ahora han quedado sin margen de recuperación.

Canasta básica de alimentos y medicamentos consumen la totalidad de los haberes jubilatorios. Los concejales del Frente Para la Victoria son una prolongación de la mentira, son el camouflage del ajuste salvaje de la economía argentina, cuyas peores consecuencias y desbordes todavía no han llegado.

Lo más grave es que lo hacen en Mar del Plata, la ciudad donde el modelo hizo estragos. La década ganada dejará un empobrecimiento y caída en la calidad de vida de sus habitantes difícil de superar. El crecimiento de los cartoneros y personas revolviendo los tachos de los restaurantes, es una demostración indiscutible.

Pero el bloque de concejales del Frente Para la Victoria echa bases en el falseamiento de los datos. Son la foto misma del fracaso, pero genera reacción este intento de modificar los hechos. Es de sentido común que las políticas de Estado, son las que han generado inflación que no han alejado de la aplicación de la justicia social, durante años en los cuales Argentina disfrutó de su mejor momento económico.

Pablo Di Scala y Marcelo Artime tuvieron a su cargo el operativo anterior, a través del área de Defensa del Consumidor, el resultado fue lapidario, desde su incoherencia hasta su inoperancia. Vuelven a repetir el error, con un agravante, no cuentan con el respaldo de la población. No es raro el propio Antonio Caló dijo que la gente pasa hambre, Randazzo instala que no se van a ir antes, el gobernador de Misiones Maurice Closs dice que terminan como en 1989 0 el 2011. Esta tendencia habrá de pronunciarse y manifestarse cada vez con mayor rigor.

El problema no es el valor del dólar, es la creciente inflación. Ya se cobra $ 1.- para inflar dos ruedas de bicicletas y $ 1.- el manojo de perejil, son dos claros ejemplos de cómo es la evolución de esta crisis, cuyo techo se desconoce, porque el país ha perdido sus referencias económicas. El que la tiene la guarda, la cuida, otros especulan para no perder, y los que viven al día se defienden como pueden. Pero lo que han hecho con los jubilados es inhumano, los están condenando a un estado de necesidad permanente. Pero lo más grave es que lo hicieron con sus propios aportes, con el esfuerzo de décadas de trabajo.

Estos muchachos que ganan muy bien como concejales, que deben ser solidarios políticamente con los pedidos de CFK, deben tener en claro que en Mar del Plata los votaron para otra cosa, no para inducir al engaño. Cuál es la defensa de la mesa de los argentinos, ya no queda nada en la mesa. Que vayan a las colas del PAMI o al banco donde perciben sus haberes  los jubilados y expliquen el plan, a ver qué les dicen.