“Volver a Tandil es mucho más que la medalla”, aseguró el tenista.
Llegó el día. Tal vez el tenista argentino más importante luego de Guillermo Vilas y porque no David Nalbandian, por lo hecho en Copa Davis. Con la medalla de plata colgada en su cuello, ese trofeo que siempre será recordado, Juan Martín Del Potro fue recibido ante una multitud en la ciudad que lo vio nacer como deportista. Con ese revés a dos manos delicioso y una potente derecha que hace estragos en el circuito ATP.
Del Potro fue agasajado por el intendente Miguel Ángel Lunghi en el palacio municipal, en el centro de la ciudad serrana, y en el balcón de la intendencia fue colocada una bandera con el rostro del tenista y una leyenda que decía “Pasión, valor y coraje”.
Desde allí el tenista exhibió la medalla, saludó a los asistentes y dijo que le costaba “entender lo que se consiguió. Vivir esto que me toca es una de las cosas más lindas de un deportista”.
Asimismo, el flaco “Delpo” destacó el hecho de “tener la bandera argentina lo más alto posible” y le tocó hacerlo en Río, para mostrarla “en la ciudad más linda del mundo que es Tandil”.
El tandilense señaló que durante el torneo “pensaba mucho en la familia. En los amigos, en esa gente que estuvo al lado mío durante el tiempo que estuve lesionado y me empujó a no bajar los brazos, que fueron fundamentales para que pudiera estar de nuevo con ustedes con un logro para mí, para la ciudad y para el tenis”.
Del Potro resaltó además que “volver a Tandil es mucho más que la medalla” y señaló que fue “un orgullo representar al país”.
El medallista olímpico en Londres y Río, sentenció que “la forma de agradecer era adentro de la cancha y la medalla la ganamos entre todos. La ciudad es de oro, ustedes son de oro”.
