El pasado jueves, en la previa del partido entre Boca y Deportivo Cali por la última fecha de la fase de grupos de la Copa Libertadores, la Policía de la Ciudad detuvo a 50 hinchas del equipo colombiano en la zona de Puerto Madero, cerca del hotel en el que concentra el Decano. Y, este viernes, la Dirección Nacional de Migraciones ordenó la expulsión del país de 15 barras del equipo colombiano.
Entre los que hinchas colombianos que serán deportados, 5 poseen un ingreso irregular al país y los otros 10 ingresaron a territorio argentino con residencia turista. Además, otros tres detenidos que tienen residencia permanente y deberán esperar la decisión de la Justicia.
La noticia no cayó como sorpresa, ya que el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, anticipó que desde el gobierno porteño iban a solicitar la expulsión de los hinchas detenidos: “Evitamos una tragedia. Son personas violentas. Hay colombianos que residen en nuestro país y otros que vinieron especialmente al partido. Se les secuestraron cuchillas, destornilladores, manoplas y entradas, que se está investigando su procedencia”.
Y luego, agregó: “Más allá de haberlos puestos en la admisión para que en mucho tiempo no pisen un estadio argentino, vamos a solicitar a las autoridades nacionales que se los reporte y que al momento de querer ingresar nuevamente al país, que mínimamente se les pidan los antecedentes porque lo que no podemos tolerar es que estos violentos entren y salgan de nuestro territorio de forma impune”.
Los incidentes sucedieron luego de que los hinchas de Cali robaran una bandera de Racing, los últimos emboscaron a “facazos” a sus contrincantes en una estación Gerli del tren Roca. Según informaron fuentes policiales, personal de la División Conductas Delictivas de la Dirección de Eventos Deportivos de la Policía de la Ciudad vió a los fanáticos en Grierson y Avenida de los Italianos, por lo que procedió a identificarlos.
