Scioli y Pulti tiran los fideos en la olla, para dejar abierto el saqueo con los precios a los turistas que consumen platos típicos en la cantina de la Fiesta Nacional de los Pescadores. Vendrá la procesión de las lanchas, la bendición de los frutos de mar y el palo enjabonado de una nave para que Crónica TV pueda llenar dos o tres horas de programación. En el mismo momento de la colada, cámaras como CEPA y CAIPA en representación de los empresarios de la pesca emiten un comunicado en el cual señalan sin eufemismos que la actividad está en quiebra, con esta política económica.
Pero evidentemente nadie los escucha y prefieren sumarse a la comparsa del relato oficial. Afortunadamente el diario La Nación, alineado en una posición crítica termina dándole la razón a quienes en Mar del Plata, han enarbolado serios cuestionamientos en una nota que lleva
como titulo: Bancos de arena y barcos encallados Y dice textualmente lo siguiente:
La romántica imagen de olas rompiendo contra las rocas es una pesadilla para los operadores del puerto de Mar del Plata: las rocas son las que componen la margen interna de la escollera, y las olas se forman en el espejo de agua del puerto, debido a la cantidad de arena sedimentada que se acumuló allí, sin que se haya podido hacer nada al respecto. El banco de arena conquistó el canal de acceso al puerto de Mar del Plata.
La desidia en la terminal marplatense se hace evidente no sólo en estos bancos de arena o en el amarre en paralelo de barcos. La misma Prefectura Naval utiliza preciosos metros de muelle para sus lanchas guardacostas, por aparentes desencuentros con otra fuerza que dispone de un amplio espacio no comercial. Y junto con estas lanchas, toneladas de buques que se desguazan, ahí mismo, a la sombra de los silos (también en desuso) que son protagonistas de una disputa judicial aún irresuelta. Más allá, la imagen del muelle más operativo y activo, parece un engaño visual. El muelle está ocupado totalmente por camiones que se llenan con pallets de pescado. No es que los camiones bloqueen el paso del muelle, sino que los camiones operan en el espacio que queda entre el agua y una plazoleta de contenedores vacíos, que se decidió “ubicar” allí, como si no hubiera espacio o solares de sobra en la terminal marplatense.
Poteros, tangoneros, barcos pesqueros de arrastre son todos víctimas de una planificación que parece más concentrada en una eventual terminal de cruceros. Y con los ojos puestos en esa vidriera futura fracturan indolentes la columna vertebral económica de la ciudad de Mar del Plata. Por las dudas: la pesca genera exportaciones por 1.500 millones de dólares..