GLOBAL: 7 victorias, 7 empates, 10 derrotas (17 goles a favor, 26 en contra). 38,8% de efectividad.
DE LOCAL: 7V, 2E, 3D (13GF, 9GC). 63,8%.
DE VISITANTE: 0V, 5E, 7D (4GF, 17GC). 13,8%.
?El esquema 4-2-3-1 fue utilizado en 12 partidos, de los cuales perdió 3, empató 5 y ganó 4, pero cuando se modificó dicha disposición a otro esquema (en 10 ocasiones) a mediados del campeonato, cayó en 6, empató 2 y festejó en 2.
El último partido ante Tristán Suarez significó el final de Mauricio Giganti como entrenador del “Torito” en su segundo ciclo, que comenzó de la mejor manera en sus primeros seis partidos (3 victorias, 2 empates y 1 derrota), pero que las lesiones de las figuras de ese gran arranque (Oscar Bellinetz y Tomás Rambert, entre otras bajas) dieron pie a un largo periodo de altibajos.
De esta forma, la campaña de Alvarado comenzó a sostenerse en base a las victorias logradas de local, ya que de visitante, desde aquel extraordinario triunfo ante Nueva Chicago 1 a 4, parece que ganar está prohibido. No obstante, la fuerte localía empezó a flaquear tras las victorias agónicas ante Chacarita (que jugó con un jugador menos todo el segundo tiempo) y Arsenal (se lo ganó en los últimos quince minutos).
En los dos encuentros anteriormente citados, quedaron al descubierto (en parte) las falencias de un funcionamiento colectivo cada vez menos sustentable, y una idea de juego cada vez menos clara. Y cuando los resultados dejaron de acompañar en el Minella (más allá del buen partido en Puerto Madryn contra Guillermo Brown), dichas carencias se potenciaron y fueron más evidentes.
La goleada 0-3 propinada por Agropecuario fue bisagra para este final, pero fue tan abrupta que el “Buli” tuvo dos chances más. No pudo, se pusieron de acuerdo las partes y se determinó su salida. Giganti siempre estará en el corazón del hincha de “Alva”, por el histórico y añorado ascenso al Nacional, pero es la hora de Gabriel Gómez, y se verá que equipo puede armar con este plantel.
