Una mujer salvadoreña consiguió su libertad el jueves pasado gracias a la ayuda de una abogada y dos médicos forenses marplatenses que junto con la organización Red Solidaria demostraron que no había pruebas para dar un fallo de esa magnitud.
Karina Herrera Climaco había sido condenada en 2002 a 30 años de reclusión por la muerte de su bebé recién nacida.
Con 24 años, y otros tres hijos que quedaron con su madre, tuvo que dejar su casa para mudarse a la cárcel de Ilopango, República de El Salvador, donde pasó siete años detenida injustamente.
En enero de aquel año, Karina dio a luz sola, en su casa, a una beba, pero por la cantidad de sangre y la falta de asistencia, la muchacha terminó desmayada. Cuando los familiares la encontraron a las pocas horas en el piso, toda ensangrentada, la llevaron al hospital San Bartolo, donde se la denunció por aborto. Sin embargo, cuando su madre volvió a la casa y encontró a la beba muerta en el piso de la habitación, llamó a la policía por lo que la carátula de la causa cambió rápidamente a “homicidio agravado por el vínculo”.
El Tribunal que la condenó se basó en la autopsia realizada por el perito Alfredo Escobar Abarca, perteneciente al Instituto de Medicina Legal, quien aseguró que la bebé había muerto por asfixia.
Patricia Perelló, abogada penalista marplatense, tomó conocimiento del caso mediante la organización Solidarias con Karina, que se desprende de Red Solidaria, y convocó a tres médicos forenses argentinos a que diesen su opinión de las pruebas. Mariano Castex, René Baillieau y Juan Lascano fueron los que revisaron la causa y por separado dieron su opinión: Karina no había matado a su bebé.
Luego de presentarse ante la Justicia y mostrar los motivos por lo que creían que Karina había sido acusada injustamente, los peritos esperaron la decisión del Tribunal. El jueves 9 de julio, los jueces aceptaron el error y ordenaron su libertad.
Baillieau confesó a mdphoy que cuando accedió a la autopsia, lo primero que pensó fue “esto es un desastre. El forense, basándose en pericias que probaban que la beba había nacido muerta, concluía en que había nacido viva. La prueba estaba mal interpretada”.
-¿En qué se basó su informe para decir que la pericia estaba mal hecha?
Lo más importante es que hicieron mal las docimasias, lo que significa en medicina legal, las pruebas. Para saber si un bebé nació vivo o muerto, se le extrae un pulmón, se coloca en agua y si flota, tiene aire, es decir nació vivo. Esa docimasia, el perito la hizo así, pero la hizo mal. No respetó una serie de pasos que deben seguirse. Esto influyó en mi decisión para decir que estaba mal hecho. No se puede decir que nació vivo el bebé de Karina.
-¿En el obrar del médico forense usted advierte dolo o culpa?
Culpa. En el 99 % de estos casos es por culpa. Lo grave es que el médico ante las evidencias que nosotros planteamos, no reconoció su error y mantuvo su postura ante el Tribunal. Uno se puede equivocar como profesional y si te lo demuestran científicamente, tenés el deber de admitirlo. Estamos hablando de una mujer condenada a 30 años de prisión por un error en la pericia.
-La sociedad de El Salvador es conservadora. Según lo que usted pudo vivir ¿cómo tomaron el caso?
No diría que el país únicamente es conservador, sino que Centroamérica tiene la tendencia a criminalizar a cierto sector de la sociedad. Es decir, si sos joven, pobre y mujer, te condenan a más años que si fueras empleado público. No digo que haya sido la causa de todo esto, pero influye en el ánimo. Sin embargo hay un grupo de personas hermoso que se formó para apoyarla, ellos trabajaban día y noche por su liberación. Eso me conmovió y a partir de ahí cambió mi visión del mundo.
-¿Pudo conocer a Karina?
Sí, yo estuve en el juicio oral. También conocí a la hermana y a la madre de ella. Karina mientras estuvo en el penal, en forma de agradecimiento por todo lo que estábamos haciendo, nos tejió una bolsa para el pan, una para cada perito. Eso me emocionó. Hubo un ambiente de altruismo, yo veía en el grupo de trabajo mucho interés por el otro. No había un interés económico, ni de fama, era cuestión de hacer el bien. A mí me cambió mucho la forma de ver algunas cosas, uno a veces corre detrás de cosas que no tienen valor.
-¿Cómo notaba el ánimo de ella?
Ella estaba muy esperanzada. Con toda esa gente atrás, que la acompañó durante siete años. Se sentía inocente, tenía más fe que nosotros. Porque cuando escuchábamos las preguntas que nos hacían los fiscales, teníamos temor de cómo podían llegar a reaccionar ella y el Tribunal.
-¿Cuál cree que fue la parte determinante de su exposición ante el Tribunal?
Yo llevé una presentación hecha en Power Point, la proyecté y expuse paso por paso, las falencias, cómo se deberían haber hecho las cosas y las conclusiones. Otra de las cosas que puntualizamos tanto yo como el otro perito guatemalteco, José Mario Najera, es que no se hicieron estudios histopatológicos, es decir muestras para estudiar en laboratorio. Esto es muy importante, no se puede llegar a conclusiones con la simple vista del ojo humano. Estamos hablando de una acusación de homicidio, que se hizo sin estos estudios que son esenciales.
-¿Cómo expresó el Tribunal su decisión de dejar en libertad a Karina?
El Tribunal se basó técnicamente en que no se siguió el procedimiento requerido. No he leído la sentencia porque estamos esperándola, pero por lo que trasciende, se basó más en lo técnico del debido proceso, que en admitir un error profesional.
René Baillieau concluyó diciendo que “indudablemente el bebé nació muerto”. “Yo no tengo dudas. La pericia hidrostática, radiológica, óptica, todas coinciden. Y si hay dudas el beneficio es para el acusado”, puntualizó.
Por Marcela Lujan
que bueno saber que hubo personas de buen corazon que ayudaron a karina, me identifico con esta chica , ya que yo entre a carcel de mujeres tres meses despues de que ella saliera libre y la verdad en una experiencia durisima , mas aun cuando estas siendo acusada injustamente, yo aun estoy siendo procesada y quisiera saber como puedo obtener su ayuda ya q casi cerca de los 2 años de estar luchando por demostrar mi inocencia, y aun no he podido lograrlo. con afectos