La dilatación de una resolución por parte del gobierno de la provincia de Buenos Aires acerca de la inseguridad que esgrimió la dirigencia del “Millonario” conspiro contra la organización del clásico en Mar del Plata.
Cuando parecía que los hinchas de Boca y River se quedarían sin superclásico de verano, apareció la gobernación del Chaco de la mano de su gobernador Jorge Capitanich que se puso al frente de la organización del evento y confirmó que el 25 de enero se jugará en el Centenario. Mientras que el titular del EMDeR, Federico Maidana, insistía que la ciudad iba a tener el partido entre Boca y River, la organización confirmó la fecha del 29 de enero para el match pero en la provincia de Mendoza.
Las declaraciones de los dirigentes, referidas a la violencia que podía producirse por el hecho de que River esté en una categoría menor, quedaron de lado. En primer lugar, Jorge Capitanich, gobernador del Chaco, encabezó las negociaciones para llevar el Boca-River a Resistencia. Y todo se resolvió en pocas horas y muy rápidamente, en cuanto las partes se pusieron de acuerdo, y no precisamente en el aspecto seguridad.
No sólo habrá un superclásico de verano en el Chaco sino también otro Mendoza, que ya quedó confirmado. Nunca hubo una decisión política a la dificultad planteada por el organizador del torneo. “Se necesita el apoyo político” esgrimió Albino Valentini, pero nadie escucho en tiempo y forma.
Mendoza le ganó a Mar del Plata el segundo superclásico, y ya es tarde para lamentos. Queda saber en que constaran las reuniones de la semana entrante donde el tema River -Boca será el eje. Será tarde? La ciudad tendrá una fecha especial para el clásico?. Lo seguro es que ya es tarde para lamentos.