Como nunca aparecen déficits que complican a la sociedad en su conjunto. El pico de la temporada se evaporó, fue una cuestión de horas. Un clima ideal para disfrutar de la playa salvó la ropa de un verano, al que ya corren algunas hojas del otoño. Sólo han crecido la instalación de tragamonedas, los cartoneros y los denominados “franelitas”. Poco y nada de empleos genuinos.
¿Es exitosa una temporada analizada desde el prisma de la cantidad de turistas? Puede venir el doble de gente, y el resultado, el balance, será más negativo. Hace mucho tiempo que nadie se salva con una temporada. Pero preocupa que el tema no se instale con la intensidad que merece.
La industria del turismo (como muchos la llaman) ya no mide, entró en crisis, y una temporada es peor a la anterior. Hay muchos factores, pero el interrogante es por qué se elude el debate. Se lo deben la política de todos los partidos políticos, oficialistas y oposición. Las cámaras gastronómicas, hoteleras, recreativas, el transporte de media y larga distancia, etc.
Hubo un cambio radical en la forma de hacer turismo en el país. El número de fines de semana largo, (la mayor cantidad entre todos los países del mundo) es un factor de reflexión que ya no debe excluirse del debate. Sólo el 25 % del universo de turistas nacionales veranea en temporada alta, por dos motivos fundamentales; no pagar precios excesivos de enero, y luego elegir, dos salidas anuales con distintos destinos. Con otro agravante ese 25 % es una porción cada vez más chica de la torta.
¿Cuál es el riesgo? Las consecuencias que arrojan la falta de rendimiento de las inversiones, y ni hablar si se incurre en endeudamientos para las instalaciones, alquiler, stocks, etc. Todavía se puede comer algo por $ 35, $ 40 o $ 50 ¿Qué costo se cubre con esos valores? ¿Qué dan de comer? Extrañamente se enarbola como una virtud que haya platos tan accesibles. Si alguien trabaja con esos precios está debajo de la rentabilidad, pero necesita hacer caja, para recuperar dinero y/o cumplir con obligaciones contraídas.
Los índices de desocupación, de trabajo en negro, de pobreza, indigencia e inseguridad, muestran a Mar del Plata y Batán liderando estos verdaderos flagelos para vivir en una sociedad organizada.
Los alquileres por menos de una semana ya fueron una señal hace dos temporadas. Ahora el rumbo ya se ha instalado, y con esta realidad económica, no hay horizonte de optimismo que valga. La playa y el mar como principal atractivo, hicieron el aporte fundamental para un clima prácticamente tropical.
Mar del Plata ha quedado sobredimensionada, sobran camas, restaurantes, espectáculos etc. Y hay que admitirlo para no caer en falsas expectativas. El EMTUR no genera un pronóstico de certeza, sino que encabeza la lista de desaciertos, empeñado en exhibir réditos que no son tales.
Se atraviesa un momento duro en casi todo el espectro de la producción que alcanzó a las inmobiliarias, a la pesca, a la obra pública. La paralización de compra – venta de inmuebles, también frenó la construcción. Ahora caerán la venta de automotores y las agencias de viajes. En este contexto asistimos (sin reacción) a una temporada decididamente mala. No se podrán pagar las tasas municipales ni los impuestos provinciales ni nacionales, la presión impositiva no guarda relación con la escasa magnitud de las operaciones.
El panorama es verdaderamente de excesiva preocupación, pero existe una tendencia a no hablar de los problemas, a ignorarlos, porque así parece que no existieran. Pero son la puerta de una crisis social cuya mensura se desconoce, y en algún momento habrá que hacerse cargo.
aSI SON LAS COSAS.
Gracias Mariano por el comentario.
Yo hace rato lo digo, Mar del Plata ya no tiene mucho que ofrecerle al turismo, Maltrato al turista en muchos sitios, playas sucias y poca playa publica, Los consecionarios cobran cada vez mas y en vez de hacer accesible los precios, los encarecen, al final la gente se va adonde la atienden mejor. Y ojo, vivo y trabajo en Mar del Plata y me duele verla tan devaluada.
Gracias Marcelo por el comentario.
otros años los micros de larga distancia tenian que agregar horarios de salida porque no daban abasto. Este año los canales de television van a las playas mas chicas para hacer ver que estan llenas porque las de mar del plata los dias de semana estan vacias.
Gracias Silvia por el comentario