El fenómeno de los “huevos” marinos llegó nuevamente a las playas de la provincia de Buenos Aires. Como cada vez que aparecen despiertan la curiosidad de turistas y habitantes de Mar del Plata. Expertos del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) explicaron las causas y características de esta llamativa aparición.
El reciente hallazgo de miles de estructuras esféricas en las costas de “La Feliz”, popularmente conocidas como “huevos de pescado” o “huevos de tortuga”, generó asombro y preguntas entre quienes disfrutaban del fin de semana en las playas.
Según la doctora Laura Schejter, del Programa Ecología Pesquera del INIDEP, este fenómeno, denominado “arribazones”, tiene su origen en las condiciones climáticas y las corrientes marinas.
Los arribazones son acumulaciones de algas y organismos que son arrastrados hacia las costas debido a eventos meteorológicos específicos, como cambios en las corrientes marinas, vientos intensos o mareas alteradas.
En este caso, la persistencia de vientos del noreste en los días previos habría provocado el desplazamiento de estas estructuras hacia la orilla.
Schejter aclaró que estos huevos, conocidos técnicamente como ovicápsulas, son producidos por una especie de caracol marino común en las costas bonaerenses y uruguayas, llamado voluta negra (Pachycymbiola brasiliana).
Este molusco, que habita profundidades de entre 5 y 20 metros, deposita las ovicápsulas en el fondo del mar durante su periodo reproductivo, en primavera y verano.
Las ovicápsulas, de forma esférica y consistencia resistente, pueden contener hasta 30 embriones de caracoles en desarrollo. Una vez que completan su maduración, los pequeños caracoles rompen estas cápsulas y se integran al ecosistema marino.
Sin embargo, cuando las condiciones meteorológicas provocan un mar agitado, estas estructuras son arrastradas hacia la superficie y terminan acumulándose en las playas.
El color oscuro que a veces presentan las conchas de estos caracoles se debe a una capa orgánica externa que se degrada rápidamente después de la muerte del animal, explicó la especialista.
A pesar de que este fenómeno es recurrente, cada verano sorprende a quienes desconocen su origen, especialmente por la cantidad de ovicápsulas que pueden aparecer en una sola jornada.
Fenómeno documentado desde el siglo XIX no sólo en Mar del Plata
Los arribazones de ovicápsulas no son exclusivos de Mar del Plata, sino que se producen en distintos sectores de la costa atlántica.
Ya en el siglo XIX se reportaban casos similares en la Bahía San Blas, provincia de Buenos Aires. Aunque estos eventos suelen pasar desapercibidos para muchos, la concentración de huevos en las playas durante los meses de mayor actividad turística les da una notoriedad especial.
Esta primavera, el fenómeno llamó especialmente la atención debido a la magnitud de la acumulación, algo que, según Schejter, está estrechamente ligado a las particularidades climáticas de los últimos días.
Los vientos intensos y el mar revuelto contribuyeron a que estos “huevos” llegaran a la orilla, sorprendiendo tanto a locales como a visitantes.
Riqueza de ecosistemas marinos bonaerenses
Más allá del impacto visual que generan estas estructuras, los arribazones de ovicápsulas son un muestra más de la biodiversidad presente en las aguas bonaerenses.
Aunque para muchos este fenómeno pueda resultar extraño, es una parte natural del ciclo reproductivo de una de las especies más comunes del litoral marítimo argentino.
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