Juan Manzur intenta recuperar la iniciativa que perdió a menos de dos meses de asumir como jefe de Gabinete. En ese plan, ayer filtró a algunos medios que va a imponer un “tablero de control” para que los ministros rindan cuentas de la gestión.
La “botonera” debutará el próximo miércoles a las 7.30 en la reunión de gabinete que convocó y de la que estarían exceptuados los ministros que integran la comitiva que viajó a Europa junto al presidente, como el titular de Economía, Martín Guzmán.
Desde la Jefatura de Gabinete dijeron a LPO que quien tendrá a cargo el tablero es Jorge Neme, vicejefe de gabinete. Neme, proviene de Tucumán como Manzur, que lo había ubicado en la Cancillería con Felipe Solá y cuando arribó al gabinete se lo llevó a Jefatura como secretario de Evaluación Presupuestaria. Se supone que tiene a su cargo el control de las ejecuciones que hacen los ministros.
Manzur busca retomar centralidad en el gabinete y ahora planea a pedirles informes a los ministros, que durante los primeros dos años de mandato de Alberto Fernández se “salvaron” de las reuniones de seguimiento delante de sus colegas de las otras carteras.
En Casa Rosada admitieron a LPO que el gobernador de Tucumán con pedido de licencia ya no proyecta el perfil hiperactivo que tuvo al principio, pero que intenta cumplir el rol que le pidió el propio Alberto, que es el de quitarle el peso de los hombros y sacarlo del foco de los conflictos.
Sin embargo, Manzur está en una situación que no había imaginado cuando asumió, apenas una semana después de las primarias, como el reconstructor de la gestión golpeada por la derrota.
El primer traspié lo vivió con el acto fallido del 17 de octubre. El tucumano planeaba un evento masivo para ofrendarle a Alberto, que terminó bajando el acto por carta para evitar medir fuerzas en la calle.
Por otro lado, su rol de vocero del Gobierno no llegó a nacer: Alberto nombró a Gabriela Cerruti como portavoz oficial y Manzur dejó de aparecer en las conferencias de prensa.
En el medio perdió el manejo de la pauta oficial, que había intentado retener en manos de Valeria Zapesochny, la secretaria de Medios y Comunicación. Alberto Fernández decidió que el manejo de la pauta pase a la secretaría de Prensa y Comunicación que conduce Juan Ross. Así, el manejo de comunicación y vínculo con los medios que ostentaba Santiago Cafiero fue diluido.
Además, Manzur debió surfear un escándalo cuando intentó nombrar al empresario Diego Zuckerberg en Jefatura de Gabinete, involucrado en los Pandora Papers.