Es una versión de la Florida porteña. Han extendido sus lienzos con juguetes, ropas, baratijas y artesanías y ocupan varias cuadras a partir de la costa por la Peatonal San Martín que tiene un aspecto más deslucido que nunca a pesar de su flamante remodelación.
Mientras se aseguraba desde la municipalidad que los vendedores ambulantes abandonarían Luro, lo cierto es que la actividad de ambulantes y manteros ha crecido de manera exponencial a niveles nunca vistos en nuestra ciudad. Hasta el momento el fenómeno no ha sido objeto de reclamos de comerciantes, sobre los cuales se ha desplegado evidentemente una competencia desleal.