Manino recortado y Marquitos Di Palma sin exabruptos, escuderos del Pichichi

 

Rodolfo Iriart y Marcos Di Palma son diputados de Unidad Ciudadana que responden a Daniel Scioli en la legislatura Bonaerense. Anduvieron en la previa de la presentación del libro del ex gobernador, que sirvió de pretexto para dar a entender que todavía está en la carrera política, aunque en el peronismo nunca se sabe.

Ambos le hicieron el aguante al ex gobernador en Mar del Plata, ya sin las ostensibles asistencias de los recursos públicos que desviaron durante años a sus gastos de campaña permanente. Al hombre de La Ñata se lo notó notablemente a disgusto, acosado por su tormentosa actualidad que agita Gisela Berger, quien lo deja muy mal parado, en especial en  este momento de notoriedad e impulso a las políticas de género. “Yoli” no tuvo, o mejor dicho no quiso, responder nada al respecto.

La austeridad de la celebración de su cumpleaños en el Hotel Hermitage, distó de años anteriores donde ese festejo se cotizaba en dólares en el establecimiento de Don Florencio. Quien más extrañó fue la caja del hotel,  un clásico de los veranos marplatenses. Con las generosas arcas bonaerenses los festejos eran casi pantagruélicos, algunos invitados hasta pagaban la tarjeta, pero en la cuenta a la gobernación siempre se notaban algunos excesos en precios y cantidad.

Ahora con los pies un poco más sobre la tierra, el diputado Iriart y su delfín el concejal Balut Tarifa Arena (muy silencioso últimamente) fueron más módicos con el cotillón y la cursilería de estilo propia de estos casos.

En las clásicas carteleras en la vía pública, en muy pocas en verdad,  se pudo leer un mensaje de ocasión, que desnuda las limitaciones que existen en todo ese circo en general: “Bajando la presión tributaria reactivamos la industria, Podemos ser mejores” dejando la clara impresión que se han perdido una gran oportunidad.