La Cámara de Diputados sancionó la ley que promueve la equidad de género en los medios de comunicación y facilita un certificado a las empresas que cumplan ciertas condiciones y le permitirá tener prioridad en el reparto de pauta publicitaria.
El proyecto había sido aprobado en el Senado, donde fue presentado por la senadora del Frente de Todos Norma Durango, y promueve al cumplimiento de la equidad en los medios de comunicación de gestión estatal, sobre la totalidad de la planta incluyendo los cargos de conducción.
Además, debe garantizarse una proporción no inferior al 1% de personal de personas travestis, transexuales, transgéneros e intersex.
Pero también establece incentivos para los privados, que fueron los motivos de la polémica, porque si bien no hay sanciones, el cumplimiento le otorga preferencia para recibir publicidad del Estado. “No se trata de sumar mujeres, sino de que ingrese una perspectiva feminista”, aclaró Pablo Carro, presidente de la Comisión de Comunicación.
“Están llamando a nuestras compañeras para cambiar el voto. Si hay tanto ruido es porque estamos haciendo todo bien. ¿Leyeron el proyecto? No hay ningún artículo punitivista”, desafió Gisela Marziotta, del Frente de Todos y con pasado de periodista.
Su par y colega Gabriela Cerrutti fue por mas. “Necesitamos más mujeres en las mesas directivas de los medios”, exigió. La defensa oficial la había hecho Mónica Macha.
La ley se restringe a los medios de la ley de comunicación audiovisual (radio y TV) y establece que para adquirir el certificado de equidad, los privados deberían cumplir cuatro de siete requisitos enumerados.
Estos son constatar los procesos de selección de personal basados en el respeto del principio de equidad en la representación de los géneros, políticas de inclusión laboral con perspectiva de género y de diversidad sexual, implementación de capacitaciones permanentes en temáticas de género y de comunicación igualitaria y no discriminatoria, de conformidad con la normativa vigente en la materia.
Las otras opciones son mostrar acciones para apoyar la distribución equitativa de las tareas de cuidado de las personas trabajadoras, disposición de salas de lactancia y/o de centros de cuidado infantil, promoción del uso de lenguaje inclusivo en cuanto al género en la producción y difusión de contenidos de comunicación; y protocolo para la prevención de la violencia laboral y de género.
La polémica se abre con el artículo 8, que establece que a quienes se le otorgue el certificado de equidad en la representación de los géneros tendrán “preferencia en la asignación de publicidad oficial efectuada por el sector público nacional”.
El texto no tuvo rechazos en el Senado, pero en Diputados Cambiemos no aceptó este artículo. “Se impulsa una promoción generando una obligación contra un sector. ¿Este es un proyecto para promover a las mujeres o regular la pauta oficial? Si sale positivo, es censura”, se preguntó Karina Banfi, de la UCR y pidió una ley especial para definir la publicidad del Estado y evitar estas discusiones.
“Estas restricciones se van a cumplir fácil en los medios grandes, pero son incumplibles por los medios chicos”, agregó Silvia Lospennato, del PRO, y de inmediato los cambiemistas presentes se levantaron de sus bancas y se desloguearon para amenazar el quórum.
“Ustedes están haciendo esto por un mail de Adepa (Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas) que me llegó esta tarde y pedía que no votáramos el artículo 8”, los acusó Claudia Bernazza, del Frente de Todos.
Más duro fue su par Germán Martínez, cercano a Agustín Rossi. “No me hablen de una radio de Chascomús: Ustedes se están levantando por los grandes medios de comunicación”, desafió. La sesión parecía complicarse cuando Consenso Federal, el bloque de Roberto Lavagna, y los cuatro diputados de Córdoba Federal, anunciaron que no votarían el artículo 8, que condiciona la pauta oficial.
Pero finalmente el quórum se mantuvo de modo muy peculiar: quedaron en el recinto diputados del PRO cercanos a Mauricio Macri (Carla Piccolomini, Pablo Tonelli y Héctor Baldassi) y otros leales a Emilio Monzó (Gustavo Hein y Juan Aicega).
Votaron en contra pero el quórum fue lo que necesitaba el oficialismo para seguir adelante con la sesión y así la interna del partido de Macri desconcertó a más de uno. Desconcertados, el resto de los diputados de Cambiemos se logueó para rechazar el polémico artículo 8, pero tampoco llegaron.
El oficialismo se impuso por 126 positivos, 78 negativos y 2 abstenciones. O sea, la fisura inicial de Cambiemos terminó permitiendo que la ley se sancione. Y el certificado de equidad de género, sea desde ahora un sello de calidad y radios y canales privados.
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