La culpa de nuestros desdenes no la tienen los gringos que nos compran sino los gauchos que nos venden, así rezaba un antiguo dicho referido a esa antigua creencia que el Mundo es un complot permanente contra nuestro país. Nada más lejos. Los verdaderos artífices de nuestras penurias somos nosotros. Por incapaces o por corruptos, o en el peor de los casos, por una combinación de ambas.
Hemos asistido la semana pasada a un repaso brutal del manual de lógica política kirchnerista. En todo caso era muy probable que la Presidente Fernández y su acólito más ferviente, el Ministro de Economía Axel Kicillof, la emprendieran contra el Juez Griesa, el sistema legal de los Estados Unidos, los Bancos, los fondos buitres, Standards & Poors y cuanto representante del capitalismo vernáculo surgiere frente a los intereses de la Argentina.
Creo que nadie en su sano juicio defiende a los fondos buitres, una escoria pero necesaria del capitalismo.
Nadie obligó a la Argentina a pedir apoyo financiero a dichos fondos en el 2001 y mucho menos fue obligada a firmar los canjes de Néstor Kirchner y Lavagna con la cláusula RUFO y otras minucias financieras que le dieron más seguridad jurídica sobre todo a quienes iban a cobrar esos bonos en el futuro.
Pasaron más de diez años y nos desayunamos que el gobierno de los K habían pagado miles de millones de dólares pero que la deuda seguía vivita y coleando. La pésima administración de la Presidente Fernández la llevó nuevamente a posar sus ojos sobre el sistema financiero internacional con el fin de alcanzar fines del 2015 con cierto respiro.
Arregló con los bonistas de Repsol YPF, con el tribunal del CIADI, con el Club de Paris, en fin, pagó de más y de acuerdo con las palabras de la Presidente “somos pagadores seriales”, o sea que todo ese cuento de los enemigos de la Patria liderados por lo más rancio del capitalismo, fue para los giles o pour la´gallery, en francés queda mejor.
Pienso, luego existo, y me puse a pensar ¿No sería lógico designar un gran jurado como lo hizo Alfonsín en el Juicio a las Juntas y de una buena vez obligar a los Ministros de Economía y la Presidente a presentarse frente a los jueces y juzgarlos por primera vez en nuestra historia por verdaderos actos de traición a la Patria, haciéndolos responsables con su patrimonio de las decisiones económicas que tomaron? Con la incapacidad también se mata. Al igual que con la corrupción. Y se destruyen familias, personas y sueños.
Es increíble que a pesar de lo nefasto que fue Domingo Cavallo para nuestra economía aún siga libre y para colmo le pagan para dar conferencia ¿No es un poco mucho? ¿Nos están tomando el pelo? Algún día debemos poner un límite. Al igual que implementar el Juicio de Residencias para que la Presidente de la Nación explique su capacidad y compromiso con su cargo, de lo contrario que se humedezca en las sombras de la cárcel.
Hay que ser impiadoso tanto con los incapaces de gobernar como con los corruptos.
El comentado default de nuestro país solo agrava la situación económica que padecemos hace ya un par de años.
Se agrava el índice de inflación (hoy por las nubes cerca del 40%), desaparecen las inversiones, se acelera la brecha cambiaria, se agudiza el desempleo, en fin, viejos conocidos por todos nosotros.
Tengo 56 años de edad y nunca tuve la oportunidad de disfrutar de un buen gobierno. Me conformo con alguno mediocre, pero tampoco lo hubo.
O eran una manga de incapaces o te robaban hasta el sueño.
Cuando observaba a la Presidente Fernández embelesada con la figura de su nuevo comic Kicillof se me ocurrió que él había logrado congeniar con su prócer a quién la constipa el consumo de arroz. Como sucedió durante la resolución 125 contra el campo, Cristina logró “malvinizar” la cuestión de los holdouts y los fondos buitres. Necesitaba imperiosamente establecer un enemigo o varios para volver a esa vieja prosapia peronista “Braden o Perón”, “oligarcas o pueblo” ” y tantas otras frases célebres por lo ridículas.
Kicillof comprendió al dedillo que la Presidente necesitaba un enemigo y lo logró. Un combo entre el Juez Griesa, los fondos buitres y las consabidas injusticias del capitalismo.
Me preguntaba ¿Kicillof candidato a la presidencia por el kirchnerismo? Cristina había logrado con el default retener ese 20% de fanáticos que aún la adulan con marchas y contramarchas, aplausos y el constante repiqueteo de 6, 7, 8 o Víctor Hugo Morales que pregonan que nuestro país es como Disney.
De acuerdo a las últimas encuestas quién más creció es Mauricio Macri, en desmedro de Sergio Massa. Hay un eje político muy interesante que conforman Mestre y Oscar Aguad en Córdoba con Mauricio Macri. Es cada vez más fuerte el deseo de muchos hijos de Alem de lograr una fórmula de consenso a pesar de la negativa de Ernesto Sanz, Cobos y Binner. Creo que Lilita Carrió se sentiría muy cómoda con Macri-Aguad.
Massa se ha estancado. Como si hubiera llegado a su techo, al igual que Scioli quienes tendrán que hacer un esfuerzo para despegarse de la administración kirchnerista, el Gobernador bonaerense mucho más que el diputado.
Creo que en el 2015 se va a dar el efecto De la Rúa. Era tanta, pero tanta la corrupción menemista que la opción presentada por el radicalismo fue muy apetecible electoralmente.
Massa y Scioli podrán eliminarse si van por separado. Todo indica que así sucederá.
Dependerá de la inteligencia y la capacidad de los negociadores de parte de la Unión Cívica Radical, sobre todo del interior del país, con el PRO para llegar a un acuerdo que sea visto por la sociedad como lo nuevo y lo bueno para la Argentina que viene.
El resto de UNEN no podrá despegar sino llegan a un acuerdo con Macri. Las encuestas indican eso. Es verdad que UNEN aún no definió su candidato a Presidente mientras si lo hicieron Macri y Massa y Scioli por paliza es quién mejor mide frente a los tibios atisbos electorales de Randazzo, Urtubey, Domínguez y otros personajes oficialistas, como Aníbal Fernández por ejemplo.
Quién llegue a la Presidencia lo hará con una alianza estratégica con otros. Eso es una bendición para quienes soñamos con una Argentina mejor.
Ricardo Bengolea