Cuánto antes River se libre de Ramón Díaz, menores serán los daños que cause, a esta altura irreparables. El problema no son los jugadores, sino el propio entrenador y su equipo técnico. Es notable y se percibe en la cancha, jugadores desanimados, sin plan de juego, falta de vuelo, sin compromiso, lamentable.
Pero realmente uno queda anonadado, cuando Emiliano dice que con los dos (o tres) incorporaciones en la apertura del libro de pases al término del Torneo Inicial. ¿Cuántos jugadores más quiere incorporar? No hay plata, se la gastaron el padre y el hijo, con Teo Gutiérrez, Fabro y Cía, y quieren más. Menos mal qua Almeyda trajo a Barovero y Alvarez Balanta surgió cuando se lesionaron todos los marcadores centrales, entre ellos el incondicional de Botinelli, él del saque lateral a los pies del jugador de Estudiantes de Caseros, previo al gol de la eliminación de la Copa Argentina. Ahora hay que esperar por Newell´s y Arsenal, para ir a la Copa Libertadores. Ese mérito que no se le adjudique el entrenador, porque es un aborto de la naturaleza.
Ramón Díaz dice ser un hombre de códigos, lo cual dudo. Díaz debe renunciar, irse con Passarella, como lo haría cualquier hombre de bien. ¿Por qué? Porque dice que quiere a River, entonces debe tener la grandeza de irse por la puerta grande, ya la gente de River estalla por él, porque se ha dado cuenta de su actitud fraudulenta.
“Yo conozco este club”, “Esta es una “grande” institución”, “Yo sé lo que es River”, “Quiero estos jugadores porque los conozco”, “Tenemos que seguir trabajando”, “Quiero que la gente se quede tranquila”, “Yo sé cómo hay que jugar”, este cúmulo de obviedades que son desesperantes.
Con sinceridad ¿Qué puede extraer de los jugadores Ramón Díaz? Nada. Basta de humo. El único que se juega algo es el pibe Kraneviter, muy bueno, una Almeyda potenciado como “5”, para acercarnos a la importancia de su aparición.
Los días de los Díaz, llegaron a su fin, los jugadores ya no le responden, y se nota en la cancha, esta historia va a terminar mal, cómo empezó. Por qué fue el mismo técnico el que se andaba ofreciendo, exhibiendo una dudosa catadura moral, mientras Almeyda ponía hasta su crazón para salir adelante. Cuando Díaz pone a disposición su contrato son las cifras, no su rescisión como correspondería a un verdadero hincha de River. Díaz y su hijo saben que esta es su última oportunidad, no sólo en River, sino en el futbol mundial, regalados son caros.
Y hay que referirse en los términos justos, cuándo se habla del déficit de River, sino estamos repitiendo y transmitiendo idioteces. Este fin de ciclo de Ramón Díaz ya le restó jerarquía al plantel, ha desvalorizado a los jugadores. Eliminado en tercera ronda de la Súper Copa, sin chances en el torneo local desde la octava fecha, River ha perdido millones y millones de pesos, de esto Ramón Díaz se tiene que hacer responsable e irse, sino también devolver la plata del contrato. Es intolerable el grado de paciencia que le tienen los hinchas, que son los mismos que lo pidieron, y que también iban a elegir los cuatro candidatos que se postulan a la sucesión de Daniel Alberto Passarella.
El plantel de River cotiza en dólares de $ 10.- y de una vez por todas, los candidatos deben decirlo, de lo contrario están mintiendo. Si la totalidad del plantel de primera división vale U$S 40.000.000.- son los $ 380.000.000.- de déficit del balance, es así aquí en la China. Que Futbol Para Todos se ponga al día con la AFA, que el P.E.N. deje de intervenir en la organización del futbol, porque está haciendo un desastre, cada vez peor, van a terminar con el público en las canchas, como locales y como visitantes.
Hay que analizar todo el contexto, pero con ecuanimidad. Los éxitos deportivos van y vienen. Los que llevan años probándose el traje de presidente del CERP, no soportaron que Passarella, les haya ganado una elección, desde allí abonaron el operativo destituyente, desde las sombras y con la mano de obra de barras brava, tan eficientes a la hora de cobrar y alquilar los trapos y las arengas desde el anonimato que dan tribunas atestadas de hinchas. Va a haber un jubileo proporcional, para todos los clubes, porque están todos en bancarrota.
Si la cuestión era voltear a Passarella, para que la política agarre el club, quién sabe con qué intenciones, ya lo lograron, pero no es posible que sigan jugando con la buena fe del hincha de River. Ramón Díaz no es más hincha de River que yo, encima no cuesto un peso, sino que pongo plata, no como este caradura que pretende quedarse a vivir, es su versión del “Ramón eterno”.
A uno que todos conocemos se le perdió el chip del celular de Dios. A este riojano se le perdió el GPS en Figueroa Alcorta al 6.500 y no sabe dónde está parado. Es una cuestión de sentido común, se tiene que ir ya, porque los jugadores son los primeros que no lo quieren, y va a ser peor la crisis que es inminente, que ya está instalada.
Si Passarella no se hubiera bajado, luego de la derrota con Olimpo, prendían fuego el Monumental, son los mismos que pedían a Ramón Díaz. Y los candidatos ya arrancaron con demagogia y populismo para ganar votos. Dejen de echarle la culpa a la actual comisión (que ha cometido sus errores), pero no ha salido ni a defenderse ni a atacar a nadie a pesar de las difamaciones y las campañas de desprestigio que se han montado, de las cuales no son ajenos los desestabilizadores de siempre. En River debería haber voto calificado.
Jorge Elías Gómez