Científicos de todo el mundo trabajan en la ectogénesis, la capacidad de desarrollar un feto fuera del cuerpo humano. Alcances de un proyecto que ya tuvo éxito en corderos y que en los próximos años podría aplicarse en humanos
Los avances de la medicina logran cada día empujar aún más los límites posibles de la vida. No sólo en prolongar la vida de las personas adultas, sino también para permitir la supervivencia de los más chicos, como los bebés prematuros.
Condicionados por su baja calidad de vida futura debido a posibles complicaciones de salud por la inmadurez de sus órganos, en los últimos años, científicos de todo el mundo están abocados al desarrollo de un aparato médico innovador que será vital para ayudar a los bebés prematuros a desarrollarse sin consecuencias mayores: un útero artificial.
El desarrollo de un útero artificial puede prevenir la muerte de más de un millón de bebés prematuros cada año en el mundo
Se trata de una tecnología transhumanista que en pocos años puede ser una realidad. Esa misma realidad que ya se aplica en ratones y hasta corderos. Se la llama ectogénesis. Y es la capacidad de desarrollar un feto fuera del cuerpo humano, en un útero artificial.
El término ectogénesis fue acuñado en 1924 por el científico británico J.B.S. Haldane, que predijo que para el 2074 solo el 30% de los nacimientos iban a ser humanos. Y esa fecha puede quedar demasiado distante, si se tienes en cuenta los últimos avances en la medicina, con pruebas reales efectuadas en en animales de laboratorio.
“Hay dos esfuerzos que son citados comúnmente. Centrándose en encontrar la manera de salvar a los bebés prematuros, el profesor japonés el Yoshinori Kuwabara, de la Universidad de Juntendo, gestó con éxito embriones de cabra en una máquina que mantiene el líquido amniótico en tanques.
Cada año nacen 15 millones de chicos prematuros en el mundo según la OMS
Por otro lado, en el proceso que se centra en ayudar a las mujeres incapaces de concebir y gestar bebés, la doctora Helen Hung – Ching Liu, directora del laboratorio de endocrinología reproductiva en el Centro de Medicina Reproductiva e Infertilidad de la Universidad de Cornell tuvieron éxito en 2013 en el crecimiento casi completo de un embrión de ratón, mediante la adición de tejido endometrial a un “andamio” extra-uterino construido con bioingeniería”.
Pero la novedad más relevante ocurrida en este campo sucedió el año pasado con un estudio científico publicado en la revista Nature Communications, donde investigadores del Hospital Infantil de Filadelfia, Estados Unidos, crearon un dispositivo mantuvo con vida fetos “extremadamente prematuros” de corderos durante cuatro semanas.
Con el objetivo de probar su útero artificial, los médicos del hospital estadounidense colocaron corderos que nacieron de forma prematura en bolsas transparentes que recreaban el útero y conectaron sus cordones umbilicales a una máquina que oxigenaba su sangre. A partir de allí, los corderos pudieron desarrollar órganos como el cerebro o los pulmones durante cuatro semanas.
El experimento exitoso con un cordero en EEUU en 2017
Este avance “podría llegar a ser efectivo con niños extremadamente prematuros –aquellos que nacen entre las 23 a las 25 semanas de gestación“, aseguraron los científicos en la publicación que dio la vuelta al mundo.
“Gracias a este nuevo dispositivo, estos pequeños podrían tener tiempo para desarrollar adecuadamente sus pulmones, su corazón, su cerebro y su frecuencia respiratoria, entre otros”, afirmaban los expertos durante la presentación de un útero artificial que emula las condiciones en el interior del útero materno.
Ahora, a 10 meses de ese logro, estudiantes del Instituto de Artes de Arnhem, en los Países Bajos, crearon un prototipo de útero artificial que tiene como objetivo desarrollar bebés fuera del vientre materno. Según los desarrolladores de la idea más artística que científica, la incubadora sería capaz de desarrollar un bebé obtenido por inseminación artificial desde casa.
Características de ‘Par-tu-ri-ent’
Los creadores del producto aseguraron que optaron avanzar con ‘Par-tu-ri-ent’, nombre con el que se conoce a este útero artificial, después de conocer que el Hospital Pediátrico de Filadelfia, en Estados Unidos, había desarrollado con éxito un útero artificial para animales prematuros extremos y que el próximo objetivo del grupo era el de mejorar el sistema y adaptarlo a un ser humano en los próximos cinco años.
Una vez incluido el óvulo fertilizado en la incubadora, los padres del futuro niño podrán trabajar y hacer vida normal mientras el feto se va desarrollando. El prototipo cuenta con una plataforma mediante el que los padres podrán hacer un seguimiento de lo que el bebé ha comido a través de las vías instaladas en la incubadora y lo que necesita para mantenerse saludable.
También cuenta con un micrófono para grabar sonidos mientras el bebé sigue creciendo en la incubadora. Por último, el prototipo dispone de un dispositivo que te permitirá sentir los latidos de corazón del feto e incluso las patadas que dé. A pesar de que es un concepto teórico, y que los desarrolladores de la idea han asegurado que no lo llevarán a la realidad, nos muestra varias pistas de cómo podría ser el futuro.
Prevenir la morbilidad en niños prematuros
Alan Flake, autor principal del trabajo que dio el puntapié en esta investigación y presentado por el Hospital Infantil de Filadelfia precisó: “Nuestro sistema podría prevenir la severa morbilidad que se produce en niños extremadamente prematuros. Ofrece una tecnología médica que no estaba disponible hasta ahora”.
Científicos advierten que todavía existen enormes retos a la hora de refinar la técnica de un útero artificial para humanos
A pesar de que la supervivencia de los fetos humanos de 23 semanas ha mejorado gracias a los cuidados intensivos para neonatales, los nacimientos extremadamente prematuros son todavía una de las principales causas de mortalidad y morbilidad entre los neonatos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prematuridad es la principal causa de defunción en los niños menores de cinco años, y provocó en 2013 cerca de un millón de muertes (últimos datos disponibles). Cada año nacen 15 millones de bebés antes de tiempo en el planeta. La OMS señala que el bebé prematuro se enfrenta a diversos problemas de salud como son la pérdida de calor corporal; tener más dificultades para alimentarse, y padecer infecciones graves con más frecuencia.
“Esta investigación no aspira a reemplazar el útero durante la primera parte del embarazo, sino que intenta desarrollar nuevos modos de tratar a los bebés prematuros”, señaló el profesor de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) Colin Duncan, que también advirtió: “Todavía existen enormes retos a la hora de refinar la técnica”.
Entre las dificultades técnicas que todavía quedan por superar, Nature Communications destaca que la conexión del útero artificial al neonato por medio del cordón umbilical “podría no ser posible”, así como la necesidad de desarrollar un líquido amniótico adecuado para los neonatos humanos.
Por Víctor Ingrassia
INFOBAE