El entonces yerno fue el batacazo en el Departamento Ejecutivo en el 2015. Desde las penumbras de la Secretaría Privada ganó significativos espacios de poder, en un gabinete que sufría un vendaval de críticas y de desaciertos. Desconocido en el ámbito político, se le asignó un papel determinante, influyente y no pocos de quienes frecuentaban el entorno lo ubicaban en su carácter de hombre fuerte del intendente Carlos Arroyo, una especie de “él son mis ojos” (parafraseando a Mauricio Macri con Peña, Quintas y Lopetegui) en miniatura y en el microclima marplatense, lo cual no es un dato menor.
En 2017 arrancó para encabezar la lista y terminó ubicado en el sexto lugar, en la lista de CAMBIEMOS. Fue una forma de bajarle el pulgar a las pretensiones del intendente Carlos Arroyo, en la coalición política. En el momento del armado y en la proyección no entraba. El huracán Vidal sirvió de tracción y hoy cada 14 días se lo puede ver sentado en público a Mauricio Loria, en su banca del Concejo Deliberante, sin conocerse a ciencia cierta cuáles son sus pergaminos para ser uno de los 24 representantes del pueblo de General Pueyrredon, o sólo hay que remitirse a la ahora a la condición de ex yerno. No tiene demasiada participación (por lo que se conoce) en debates internos propios del delicado momento de la MGP. Tampoco en 70 días (muy poco tiempo) hubo proyectos que lo sacaran prácticamente del anonimato legislativo.
Sin embargo, lo primero que hizo Loria fue embarcarse en el deporte favorito de nuestros concejales: entregar distinciones, en ese derroche de simpatías y cholulismo de los ediles sacudidos por la frivolidad, el elogio fácil, la falta de ecuanimidad y por lo menos un dudoso gusto de selección, si nos atenemos a figuras de real relevancia de la vida marplatenses y de quienes nos visitan. Partiendo de la base que uno de los reconocimientos le fue atribuido al ex presidente A Amado Boudou, se puede eximir de más consideraciones.
Y el elegido por Loria fue nada menos que Marcelo “Napoleón” Gallardo, un técnico que quiere pasar a la historia para superar nada menos que a Angel Amadeo Labruna y a Ramón Ángel Díaz, de la mano de Rodolfo D ´ Onofrio, quien políticamente pugna por ser el presidente más importante de la historia de River. Gallardo y D ´ Onofrio empaquetaron a hinchas de River y periodistas en general, quienes no alcanzaron a visualizar que se está usando a River, con proyectos personales, económicos y políticos, relegando los objetivos deportivos que ya la institución de Núñez ha comenzado a pagar.
Su costado millonario (por River) lo dejó expuesto a Loria y en sus cuatro años de mandato hasta el 2021, sus proyectos e iniciativas a través de ordenanzas, deberán ser sometidos a una exhaustiva revisión por una cuestión de importancia y de servicios que presta a cambio de sueldos públicos. Loria es un incondicional de Napoleón, quien atraviesa su peor momento en River, claro ya pasaron 4 años del paso de Almeyda por River y de una formación como: Barovero, Mercado, Maidana, Funes Mori y Vangionni; Kranevitter, Poncio, Lanzi y Rojas; Rodrigo Mora y Teo Gutiérrez, con los cuales Napoleón ganó los títulos, mientras D ´Onofrio los fue rematando uno a uno, junto a otros jóvenes de las inferiores, como Driussi, Gio Simeone, Augusto Batalla.
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D´Onofrio ha gastado una fortuna en River y su fracaso ya parece irreversible, acaba de gastar 50 millones de dólares. Todavía deberá explicar cuál fue su verdadero papel como opositor en River en el descenso a la B. Hay una implacable cobertura mediática que lo protegen a él como La Caja, Jorge Horacio Brito (Banco Macro) y a Matías Eurenkian (Aeropuerto 2000). Esos auspicios conmovieron los cimientos del Monumental en una operación que junto al ex presidente de la AFA, alinearon los planetas para que River descendiera, condición “sine quanom” para desplazar definitivamente a Daniel Passarella, la única forma que tenían para tomar el poder en Figueroa Alcorta al 7600, con fines inconfesables, pero que están quedando a la luz, merced a un funcional Napoleón que ya se hizo firmar un contrato por 4 años, que no hubiera sido posible en ningún club del mundo, que se precie de ser bien conducido. ¡¡¡ Cuidado !!! con el ojo clínico de Mauricio Loria, el ex yerno, de Arroyo
excelente
ruben >Es bueno que tengamos un concejal que tenga espíritu de futbolista , quizás organice un cuadrangular de papi fútbol con otros intendentes de la zona, eso si que no se le ocurra poner de arquero a su ex suegro Arroyo porque no ataja una ni por casualidad, tendría un muy buen suplente de aguatero Su cuñado Concejal también.
es decir mar del plata tienen en algunos asalariados públicos, espacio para todo mientras nosotros los contribuyentes como en la piriñola ponemos todos.-
Nunca tuvimos en Mar del Plata un Concejo tan inoperante y desacreditado. Pobre ciudad !!!
Impresentable!