Zack y Miriam son amigos, viven juntos y tienen problemas ya que no pueden pagar el alquiler y están a puntos de ser echados. Ambos, pergeñan una salida poco convencional a sus problemas: filmar una película porno y comercializarla para sacar algún rédito. Estamos en el plano de la comedia, la sátira, pero todo contado con un cariño particular hacia un grupo de personajes a los que el mejor calificativo que les queda es “freak”.
Hablamos de Zack y Miri hacen una porno, película que el próximo jueves llegará a la sala del cine Ambassador, dirigida por Kevin Smith y protagonizada por Seth Rogen y Elizabeth Banks. Y es importante este estreno, ya que estamos ante dos figuras de la comedia norteamericana como lo son el director de culto Smith y el actor Rogen.
Smith, con Clerks y Mallrats, se convirtió a mediados de los 90’s en uno de los directores independientes más interesantes del cine norteamericano, en un momento donde el cine de esa latitud experimentaba un recambio notable con las apariciones de figuras como Quentin Tarantino o Richard Linklater. Kevin Smith tiene al menos dos grandes obras en su haber: Chasing Amy y Dogma. Luego, su llegada al mainstream no fue de la mejor manera con productos poco respetables como Papá soltero.
Por el lado de Rogen hablamos de una verdadera revelación de la comedia de los últimos cinco años, no sólo sorprendiendo al incorporar el ideario de otro tipo de joven yanqui, el loser, sino además demostrando una gran sensibilidad para abordar temas relacionados con la adolescencia y los afectos desde su papel de guionista, cima de esos tópicos esa joyita conocida como Supercool. Hijo pródigo de la factoría de Judd Apatow -el productor con mejor ojo en la comedia norteamericana actual-, sus participaciones en Virgen a los 40 y Ligeramente embarazada lo consagraron.
Por eso Zack y Miri hacen una porno es un estreno importante, dado que estamos ante un producto que aborda a personajes marginales en un contexto decididamente absurdo, especialidad en la que brillan tanto Smith como Rogen. Seguramente una visión diferente al mundo del porno a la que Paul Thomas Anderson tuvo con la magistral Boogie nights, esta comedia perfilará más por el lado de la risa y lo sentimental. Promete.