Los negocios de María Eugenia Vidal de canjear candidatura en el mapa bonaerense, pueden traerle fuertes disgustos a Guillermo Montenegro en especial y a Juntos Por el Cambio en general. En esta misma vía quedaría afectado General Pueyrredón. En qué consiste esta movida.
En el nuevo perfilamiento de la UATRE, que se alineó políticamente con Alberto Fernández. El sindicato de neto corte peronista ya no es seducido por la fuerza política que inspiró el ingeniero Mauricio Macri.
El primer concejal de Guillermo Montenegro es Nicolás Lauría, un hombre proveniente del gremio que se sumó a CAMBIEMOS cuando era conducido por Momo Venegas. Los aires, mejor dicho huracanes políticos, han corrido desde entonces y ya el diario de hoy es viejo.
Y parafraseando al ex presidente “han pasado cosas”, por ejemplo el dirigente sindical chaqueño José Voytenco, buscó protección en su regazo preferido: el P.J., y así llegó a convertirse en flamante titular de la UATRE, luego del fallecimiento de Ramón Ayala.
Así conducirá hasta el 2023, con el beneplácito de la Casa Rosada, la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores. La Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales, a cargo de Mónica Risotto, le hizo entrega ayer al mediodía la documentación oficial a Voytenco, quien era el adjunto de la UATRE. El mismo Voytenco negoció directamente el acuerdo en Balcarce 50.
Nicolás Lauría estampó su firma como concejal de Juntos Por el Cambio, manifestando su adhesión a Voytenco, como se expresa en el comunicado, que firmaron además Jorge L. Almazán por las 62 Organizaciones Peronistas, Luis Mario Ignacio por el Partido Fe y Gabriel Burgueño por la UATRE.
Si ya había dudas y sospechas de las actitudes y conductas políticas del ex basquetbolista y sucesor natural de Guillermo Montenegro, es de presumir que la atmósfera que se vivirá en Vamos Juntos, obligará al uso de doble barbijo a partir de hoy, si restan todavía como se presume un mínimo de rigor en las convicciones políticas.
A ese sub bloque pertenece la gente que responde a Montenegro, y lo integran además de Lauría, Agustín Neme, Guillermo Volponi y el “fiorinista” Alejandro Carrancio, otro que pegó el gran salto y pertenece a la runfla del ex ministro de gobierno y asesor político de la ex gobernadora Vidal, es decir un conjunto de gente complicada y enredada políticamente, nada confiables para ser más exactos.
Este es el escenario. Ahora, no es el mejor momento de Montenegro, atraviesa una crisis de importancia debido a que debe conducir la ciudad en época de pandemia.
Pero a la luz de los acontecimientos y de los embates netos del Frente de Todos, manifestados en las últimas horas, cuánto puede correr el riesgo la gobernabilidad de un intendente, que evidentemente formó parte del paquete, avalando la asunción como primer concejal de Nicolás Lauría.
Con la carrera de la posta electoral de 2021 a la vista, es un verdadero callejón sin salida en el que se ha metido el oficialismo marplatense, propio de decisiones que no se toman en la ciudad. No surgen los candidatos por mérito y con trayectoria definida, sino a través de un dedazo, como ocurrió en los últimos años con los gobernadores mayormente identificados con aires porteños como Daniel Scioli, María Eugenia Vidal y Axel Xicillof.