Rolando el mono matemático, Juan Carlos Batman y Robin de la JP Castelar son personajes emblemáticos. Bueno, quienes hayan visto Cha-Cha-Cha saben a qué nos referimos: criaturas nacidas en el absurdo, pero fusionadas con parte del ideario popular. Lo que funciona, en diferentes sentidos, es el vínculo con esa imagen original y la potencialidad humorística del disparate. Y, claro, son criaturas de Alfredo Casero.
Actor de cine, teatro y televisión, músico y gran cantante, Casero se ha convertido en una especie de PYME actoral: cansado de los tiempos ajenos, ha construido un espectáculo teatral que le sienta bien, uno en el que improvisa en grandes dosis y donde se vale de su propia capacidad para generar imágenes hilarantes. Con ligeras modificaciones, viene presentando el mismo espectáculo desde hace un tiempo.
El actor estará este sábado desde las 21:30 en la Sala Piazzolla del Teatro Auditórium (Boulevard Marítimo 2280), donde presentará A casaerian extravaganza. “Extravaganza, es como un circo sin enanos y sin animales, que lo único que muestra son sus ínfulas. Es un término que usaban los franceses, aunque en realidad se llama así porque me gusta la palabra”, explica sobre el sentido de eso que ha creado.
Desde luego que no es fácil conectar con el humor de Casero. Muchos a lo mejor lo referencien de sus participaciones en ficciones o en el cine, pero el verdadero Casero es el que explota en el teatro. El que hace cuerpo sus dislates y el que desde la profesión de actor logra que eso tome un cuerpo conceptual y estético. Con una producción mayor que en las últimas veces que vino a la ciudad, esta vez su espectáculo parece estar más ligado a una ida teatral.
Con la promesa de un nuevo espectáculo a partir de enero de 2011, A casaerian extravaganza parece sumido en el universo chachachesco, con personajes que fueron clave en aquellos absurdos que dinamitaron la matemática del humor televisivo de antes que decía: chiste verde + minas en pelotas = risas aseguradas. Casero, y su troupe, demostraron que otras cosas eran posibles. Tal vez sea él quien mantenga más firme su rol vanguardista. Verlo es un placer extraño sólo apto para entendidos.