Política

Las aperturas en el pico de la pandemia, es admitir el fracaso de la cuarentena que lleva 7 meses

El silencio de la provincia y del gobierno nacional hace mucho ruido. Nunca lo van a reconocer, pero promover aperturas cuando se llegó al famoso pico, es una forma de admitir que la aplicación de la cuarentena en marzo, cuando apenas había un centenar de casos, fue quizá un gravísimo error de cálculo con consecuencias imprevisibles.

En el peor momento de la pandemia de coronavirus, cuando el país se encuentra cerca del millón de contagios, ocupando de este modo el sexto lugar en el podio de países con más casos, tanto el gobierno nacional como las administraciones provinciales y municipales comienzan a abrir toda la economía, generando un escenario altamente contradictorio.

 La sobreactuación que envolvió a los dirigentes en marzo pasado, y también a los medios, cuando la OMS declaró pandemia a la nueva enfermedad, explica decididamente gran parte de la paradoja actual.

Mar del Plata no es la excepción. El distrito gobernado por el ex juez federal Guillermo Montenegro es un fiel ejemplo de las consecuencias que produjo la temprana aplicación de la cuarentena, que el Intendente apoyó contundentemente, inclusive decidiendo la suspensión de las clases y el cierre de los shoppings días antes de la decisión del Presidente Alberto Fernández.

Los bares y restaurantes permanecieron absurdamente cerrados entre el 16 de marzo y el 3 de julio, cuando Mar del Plata totalizaba muy pocos casos de coronavirus. Y en momentos en que comenzó la escalada de contagios, junto con el hartazgo de la gente y las penurias económicas, no sólo se decidió la apertura de la gastronomía sino también de los gimnasios y los natatorios.

La inminencia de la temporada profundiza el absurdo cuadro. En una ciudad que nunca supo cómo potenciar su economía más allá de la actividad turística, hoy, con el 26% de desocupación y 39% de pobreza, Mar del Plata se aferra a la tabla de salvación de un verano incierto.

 Y las acciones tanto del Municipio como de la Provincia en ese sentido, generan la sensación de que la crisis sanitaria que atraviesa el distrito pasó a un completo segundo plano. Y no sería una sensación demasiado equivocada.

Mientras la Clínica Pueyrredón colgó un cartel en su entrada avisando que “no hay camas disponibles”, y las otras dos grandes clínicas de la ciudad, la Colón y la 25 de Mayo, admiten tener un 95% de ocupación, al gobierno local sólo parece preocuparle la llegada de turistas.

Lo cual no estaría mal de no ser por el virtual ninguneo que se hace desde la administración con respecto a una política sanitaria que en rigor de verdad nunca existió. La Secretaría de Salud municipal, al mando de la Licenciada Viviana Bernabei, extrañamente desaparecida de la escena pública desde hace varios días, jamás supo trazar un esquema y un plan para afrontar la pandemia.

 Y Montenegro sólo atinó a cerrar todo. La consecuencia de dichas acciones fueron un desborde de contagios y una crisis económica inédita en la historia de la ciudad.

Luego de la decisión del Gobierno Nacional de restringir la circulación en diferentes distritos de 18 provincias argentinas, parecía que Mar del Plata retrocedía a Fase 1. La inquietud se agudizaba a partir de varias declaraciones de empinados funcionarios de Axel Kicillof, nada menos que el Jefe de Gabinete Carlos Bianco y el Ministro de Salud Daniel Gollán, sugiriendo mayores restricciones en la ciudad.

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Pero nada de eso ocurrió. Más aún: el tema se fue diluyendo. Como si hubiera habido una especie de “pacto” entre ambas administraciones. Al fin y al cabo, General Pueyrredón no posee camas de internación propias, con lo cual el mayor costo de la lucha contra la pandemia recae en la provincia, aunque aquello no sea excusa para justificar la inacción por parte del gobierno comunal.

En otras palabras, la administración bonaerense parece haber tomado el control de la Salud en el distrito. Pero las cosas no han sido mejores.

El doctor Osvaldo Elefantemédico intensivista del Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) mostró su indignación por las promesas políticas que no se cumplieron en torno a la llegada a Mar del Plata de médicos especialistas por parte de la Provincia: “Estamos complicados. La inauguración del Modular y el anuncio de camas fueron solamente para los medios. Seguimos con el mismo déficit de recurso humano. Sin ir más lejos cuando inauguraron el primer tramo del Modular lo inauguraron con camas sin oxígeno. Fue algo más político que epidemiológico”.

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Bianco y Montenegro, cuando se inauguró el Hospital Modular

Y agregóNos habían dicho que el segundo tramo de 12 camas venía con recurso humano, médicos intensivistas. Vinieron dos y ya se fueron”. Aunque las cifras oficiales brillan por su ausencia, se estima que hay 120 camas UTI operativas en la ciudad, de las cuales, de acuerdo al último reporte municipal, hay 112 ocupadas, lo que significa una ocupación de casi el 90%. En recientes declaraciones, Verónica Palmisciano, Directora de Salud de General Pueyrredón, aseguró que había un 80% de ocupación.

Pero al Gobierno de Guillermo Montenegro, y también al de Axel Kicillof, el tema ya parece no importarles. Sólo hay que pensar en la temporada. Este estado de cosas fue resumido a la perfección por un médico de una reconocida clínica de Mar del Plata: “No damos más. Estamos 20 horas acá adentro. Y hay enfermeras que llevan 4 días sin ir a la casa. No paramos ni a comer. Es indignante”.

El otro dato llamativo y que merece ser remarcado es el de las constantes diferencias de contagios entre la Municipalidad y la provincia. El tema ya había alcanzado visibilidad pública el 1 de septiembre: “A partir de las 0 horas se comienza a recoger la información proveniente al partido de General Pueyrredón. Dicha información no varía hasta el día siguiente, a la misma hora.

 

 

 Mientras que la información a la que tiene acceso Provincia y Nación se actualiza constantemente, a medida que los casos confirmados se cargan en el SISA”, se defendió entonces el Municipio. El asunto mereció también un pedido de transparentar la información por parte de concejales de la oposición.

No sólo no cambió nada, sino que las diferencias se profundizaron. El retraso en la información municipal respecto a lo que dice la Sala de Situación del Ministerio de Salud bonaerense ya es de 48 horas. Es decir, que el Municipio reporta a la noche los contagios de dos días antes.

Pruebas al canto: a las 14:50 hs del sábado 17 de octubre, los casos positivos que registra la provincia en Mar del Plata son 18.413, cuando en el último reporte local, se informó de un total acumulado de 17.480, lo que arroja una diferencia de 933 contagios. Cifra que se va a incrementar en las próximas horas.

Más aún: cuando desde el gobierno local se informa que los casos están bajando, y se enfocan en la temporada, en las últimas tres jornadas la provincia registró en el distrito 1074 casos, lo que da un promedio diario de 358.

 Los fallecimientos, por su parte, alcanzan 656 personas, y los recuperados 15.050, es decir, 3363 activos. Los casos finalmente se informan, pero el impacto de informar menos de 300 casos es muy distinto a decir que hubo 350.

Así mismo, la cantidad de testeos realizados desde el 12 de marzo a la fecha en la ciudad fueron 33.234, lo que se traduce en una tasa de positividad del 55%, muy alejado del 40% que afirman desde Salud del Municipio. Cabe recordar que la OMS recomienda una tasa nunca mayor al 13%.

El silencio de la provincia y del gobierno nacional hace mucho ruido. Nunca lo van a reconocer, pero promover aperturas cuando se llegó al famoso pico, es una forma de admitir que la aplicación de la cuarentena en marzo, cuando apenas había un centenar de casos, fue quizá un gravísimo error de cálculo con consecuencias imprevisibles.

 Pablo Portaluppi

 

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