La sucesión en la Ciudad se convirtió en una de las llaves que tiene Horacio Rodríguez Larreta para allanar su carrera presidencial en medio de las disputas internas de Juntos por el liderazgo opositor.
Su flamante ministro de Gobierno, que pidió licencia en la intendencia de Vicente López para sumarse al gabinete porteño, tiene un atributo que Larreta cree necesario para la etapa que viene: es “expansivo” y trabaja mucho los vínculos políticos.
Esa es una diferencia grande con otros dirigentes que prefieren afianzar el núcleo duro del votante de Juntos. “Horacio necesita un tipo que la pelee”, dicen en un sector del larretismo.
Quienes frecuentan a Jorge aseguran que le está gustando mucho su estadía en Uspallata. Creen además que le permite ampliar sus opciones y ser un postulante polimodal para el 2023: se ve como posible candidato a gobernador o vicegobernador bonaerense y a jefe de gobierno o vicejefe porteño.
Esa estrategia ya le trajo detractores, en especial en la provincia, en donde quisieron correrlo de la presidencia del PRO bonaerense. En las últimas semanas mantuvo una tensa reunión con Cristian Ritondo, otro de los referentes del PRO en la provincia, por ese tema. La reunión terminó bien.
Como su ministerio es político y no de gestión, para posicionarse en la Ciudad Jorge Macri buscará subirse a iniciativas de otros ministerios y potenciarlas con su experiencia en Vicente López. Por eso quiere que la mega ciclovía de avenida Libertador, anticipada por LPO; llegue hasta el Paseo de la Costa de Vicente López. Además trabaja con el ministro de Justicia y Seguridad, Marcelo D’Alessandro, para llevar a la Ciudad a los “tótems” de seguridad que implementó en su municipio como “Puntos Seguros”.
