A esta hora, se sabe que Matías Biscay y Hernán Buján, sus fieles laderos y constructores de una de las épocas más gloriosas de la historia de River, serán ayudantes de campo, como de costumbre. En lo que respecta a la parte física, Pablo Dolce pegará la vuelta al igual que Jorge Bombicino, histórico kinesiólogo que lo acompañó desde su primera asunción a fines de julio del 2014. El licenciado no había estado durante la travesía por Arabia Saudita, que terminó con el despido prematuro del Muñeco, por cuestiones laborales que lo ataban a quedarse en Buenos Aires, pero ahora decidió sumarse a sus filas. Además, lo secundarán Mariano Barnao y César Zinelli.
Más allá de que aún falta definir al entrenador de arqueros y al segundo preparador físico, por ahora debe descartarse la presencia de Marcelo Barovero, el primer arquero habitualmente titular de la Era Gallardo. A pesar de los rumores que surgieron en las redes sociales tras su retiro del fútbol, no se han contactado con él desde Núñez para integrarlo al elenco de trabajo.
Con casi todos los nombres confirmados, la idea es poder gozar de una semana entera de trabajo ininterrumpido sin la necesidad de hacer todo -presentación, firma y conocimiento del actual plantel- en cuestión de un puñado de días.
Sobre este tópico, es necesario aclarar algo de raíz: no habrá cambios rutilantes de manera inmediata dentro de la estructura dirigencial y futbolística de River. Leonardo Ponzio -secretario técnico- Matías Patanian -vicepresidente- y Enzo Francescoli -mánager- seguirán en los cargos que vienen desempeñando actualmente.
El objetivo del Millonario, a falta de un poco más de un año para el término del mandato de Brito, es recuperar la armonía interna y futbolística que había disminuido en los últimos días del ciclo de Martín Demichelis, que ya estaba desgastado no solo por los resultados recientes, sino por la bronca y la resistencia generalizada del hincha.
Y ahora llegó el momento de bajar la espuma de los fanáticos. Antes de avanzar por refuerzos, un tema del que se habló mucho durante el fin de semana, Gallardo quiere ver primero cómo está el plantel hoy en el campo de juego y luego decidir si necesita sumar soldados en algún lugar puntual.
Lo que sí es probable es que lleguen entre dos y cuatro incorporaciones, cuyos nombres aún no se conocen. Otro detalle que no hay que dejar de lado es que hay chances de que ahora sea el propio Marcelo quien se comunique con los futuros refuerzos en un primer momento para hacerles saber del interés.
No se descarta tampoco que, en las próximas horas, haya un contacto entre el Muñeco y Marcelo Escudero, el interino, para ponerse al día con algunos detalles futbolísticos. Si el entrenamiento del lunes se realiza por la mañana, entonces Gallardo estará presente para dirigirlo y después será presentado por la tarde. Caso contrario, primero pasará por los micrófonos y luego irá a trabajar con el plantel en el atardecer del River Camp.