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La Pesca y su industria naval en alerta máxima: Su impacto en la economía de Mar del Plata

 

 

  • La pesca argentina es una, pero no es toda igual. Y si bien la crisis afecta la rentabilidad de todos sus sectores, para algunos la situación ya es insostenible.
  • Para la clásica flota fresquera y los miles de puestos de trabajo que genera en tierra, la situación es calamitosa. Y ya se está reflejando en el cierre de plantas procesadoras, procedimientos preventivos de crisis y barcos que no rebotan o directamente quedan parados.
  • Hubo quienes operaron para silenciar esta crisis, porque decían que la prioridad era la renovación de las cuotas.
  • Hoy, muchos de sus colegas cuentan con las cuotas renovadas, pero son como el título de propiedad de una casa que está en llamas.
  • Otros, incluidos funcionarios de distintos ámbitos, siguen sin creernos o minimizando la situación.
  • “Se quejan, pero botan barcos”, suelen decir, desconociendo no solo los tiempos diferidos de nuestra industria, sino también los malabares y el esfuerzo conjunto que astillero y armador hacemos para poder concretar este tipo de obras.
  • La pesca fresquera no quiere ni puede parar, pero tampoco puede operar indefinidamente en situación de quebranto.
  • La mayoría de los argentinos de bien queremos un país sin déficit fiscal, con un estado equilibrado, una economía normalizada y reglas de libre mercado.
  • Sabemos que estamos en una etapa de transición, que veníamos de un total descalabro y que debemos hacer esfuerzos.
  • Se nos dijo que el estado se ocuparía de la macro, y que subsistirían aquellos que tuvieran una micro eficiente.
  • Lamentablemente, en la pesca, que es un sector exportador, esto no se está cumpliendo.
  • Y sentimos que la microeconomía de cada empresa pesquera está condicionada por el estado, porque los ingresos dependen de un tipo de cambio oficial manipulado, mientras que los costos están totalmente liberados.
  • Además, es el único sector exportador y economía regional a l a cual no sólo no le rebajaron los derechos de exportación, sino que por el contrario, el estado le aumentó y le creó nuevos impuestos.
  • *Pero debemos entender que no todo depende del estado.
  • En este sentido, vemos auspiciosamente que seis cámaras pesqueras hayan sacado recientemente un documento conjunto, donde no se quedan en la descripción de la crisis, sino que establecen una agenda de diálogo con todos los sectores.
  • Si queremos que la rueda de la pesca fresquera siga girando, todos deberemos ceder un poco para adaptarnos a esta nueva realidad.
  • Vemos el futuro de la renovación de la flota de altura con mucho escepticismo.
  • Esto nos llena de tristeza, porque nos sentíamos parte de un gran proyecto que estaba dando frutos concretos.
  • Este tipo de barcos significan un cambio sideral en términos de calidad, tecnología y prestaciones.
  • Y lo estamos haciendo con herramientas genuinas, compitiendo contra otros astilleros del mundo y sin pedir medidas proteccionistas.
  • Hemos crecido haciendo productos de calidad internacional, financiándolos y compitiendo en inferioridad de condiciones con potencias que tienen economías estables, estructura de créditos y hasta subsidios.
  • Y en el pasado, cuando solo sobrevivimos, fue porque se nos sometió a la competencia más desleal que existe, la del buque usado.
  • Por ende, esta industria lejos está de cazar en el zoológico.
  • Se defendió siempre en la selva más extrema.
  • Derogar o flexibilizar en este contexto la resolución 909 del 94, no solo sería dejarnos desnudos, y sin armas, en el medio de la selva, sería el tiro de gracia para la industria naval argentina.

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