La Cámara de la Industria Pesquera Argentina y el Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas consideran oportuno hacer pública la necesidad de que el sector reciba una rápida y sustancial ayuda para evitar la profundización de la crisis económica y financiera de la totalidad de sus empresas, luchas de las cuales, ya se encuentran sumergidas en una clara y definitiva situación de quebranto.
El pedido se fundamente en el hecho de que desde hace varios meses la industria opera con una rentabilidad negativa a causa de la constante caída de los precios internacionales de sus productos, en combinación con una extraordinaria suba de sus costos de producción, convirtiendo a la actividad en inviable.
Este fenómeno ya provocó el cierre y la desaparición de varias compañías radicadas tanto en la Patagonia como en Mar del Plata, el principal puerto pesquero del país.
Por esa razón se considera esencial la implementación de decisiones tales como la eliminación y reducción de aranceles, así como de la aplicación de reintegros con un mecanismo que asegure que se hagan efectivos rápidamente.
Debido a la gravedad de las dificultades sufridas por el sector, resulta imprescindible la implementación de medidas de esta naturaleza, con el objetivo de garantizar la supervivencia de las empresas.
Así lo aseguraron el presidente de Caipa, Gabriel Quercia y su par de Cepa, Oscar Fortunato, quienes consideraron esencial que el Estado intervenga de manera “veloz” debido a tras haber soportado un extenso período de graves inconvenientes, el sector privado ya no dispone de
herramientas que permitan evitar su propio colapso.
“Hasta ahora se han hecho todos los esfuerzos necesarios, estamos manteniendo nuestros barcos y fábricas en plena actividad aún trabajando a pérdida para mantener mercados y evitar ser sustituidos por competidores de nuestro país. Se ha invertido mucho tiempo y esfuerzo para llegar con nuestros productos a 110 países del mundo como para perder este logro por no tomar a tiempo las medidas que corrijan la actual situación económico financiera de la industria pesquera argentina”, advirtió Fortunato.
La descripción de esta preocupante realidad ya fue expuesta por las Cámaras del sector ante autoridades nacionales, provinciales y locales, lo que en su momento, permitió que se concediera una rebaja de los aranceles de exportación de ciertos productos.
No obstante el efecto de esta medida quedó rápidamente neutralizado por el incremento de los costos de producción.
Por ejemplo, entre 2003 y enero de 2012 el gasoil experimentó un incremento del 308%, mientras que sólo durante el último año, este insumo tuvo una suba del 43%.
Este hecho resultó determinante para deteriorar la rentabilidad empresaria dentro de una industria considerada como una gran consumidora de combustible, debido a que un buque requiere de entre 4 mil y 9 mil litros diarios de gasoil para operar.-
Asimismo, otros insumos como el cartón y el polietileno sufrieron aumentos significativos, los cuales también fueron acompañados por subas de entre el 500% y el 600% en los servicios del Estado.
“Hay buena recepción en el gobierno pero lo cierto es que tienen que tomarse decisiones de shock y de manera urgente”, afirmó Fortunato.
En este sentido, las Cámaras insistieron en la necesidad de que sean reducidos y eliminados aranceles junto a la aplicación de reintegros “al máximo nivel del 10%”, especialmente, para los productos de valor agregado.
“Las empresas pesqueras utilizan capital de trabajo de manera intensiva, pero ya se han quedado sin ese capital de trabajo, debido a haber continuado con su actividad a pérdida. Hoy se hace necesario recomponer ese capital de trabajo actuando rápidamente para resolver
esta situación y evitar que la pesca sufra la misma crisis que la afectó en los ’80 y que en su momento generó un conflicto social muy grande”, advirtió Fortunato.