Cuando están en tela de juicio los porcentajes, sobre el verdadero alcance del número de pobres en el país, la problemática se agrava, cuando se introducen elementos que consume la juventud.
El obispo Juan Alberto Puíggari, hizo una descripción de una situación social muy preocupante, debido a factores que exceden las consecuencias directas de la pobreza.
Monseñor Puíggari se explayó sobre las principales causas y efectos de estos flagelos, en una población, que además soporta un elevado índice de ludopatía entre sus habitantes.
Rescató los valores del trabajo digno, de la familia y de los valores que se van escapando con la exclusión de personas que tienen muy escaso margen de recuperación para reinsertarse dentro del sistema.
En vista de esto que nos tiene tan preocupados desde hace varios días, ¿Cómo observa la situación de la diócesis local en términos de pobreza y situación social?
-“Mar del Plata no escapa a la realidad del país con el agravante del alto índice de desocupados, y también por el tipo de ciudad que es especial por su desarrollo y por el turismo. Nosotros no entramos en la polémica de las cifras que sale del estudio realizado por el Laboratorio de la Deuda Social de la Iglesia Católica que tiene mucha seriedad, y apreciamos que la cifra es alarmante y preocupante”.
“Como decimos los obispos, nos preocupa esta nueva pobreza que está apareciendo que es la pobreza de los chicos jóvenes, que están adquiriendo una vida muy complicada en cuanto a la droga y el alcohol que limita el futuro de ellos”.
– “Nosotros mostramos siempre la pobreza que tiene su raíz en la falta de trabajo y de crecimiento sostenido de Argentina y esta pobreza nueva que estamos viendo relacionada a las drogas y el alcohol. Nosotros no sabemos si tenemos la determinación de luchar contra estos flagelos, hoy escuchaba hablar a un periodista sobre una nueva copa que se sirve en los boliches, donde mezclan varias bebidas blancas, le ponen frutillas y le adicionan Rivotril. Y ante esto parece que todos cerramos los ojos, los padres, los que deben controlar esa situación, los empresarios de la noche, hay un gran problema de acostumbramiento ante estos pobres que estamos creando para el futuro de la patria”.
En alguna oportunidad señaló que estamos criando hijos sin padres, ¿eso también tiene que ver en esta realidad?
– “Ciertamente, hoy se habla mucho de esos huérfanos de padres vivos y cuando vemos estos temas de drogas y alcoholismo uno se pregunta ¿dónde están los padres? Sabemos que es complicado, hay una presión cultural que es muy fuerte, a los padres les cuesta mucho ir contra los boliches, contra la nocturnidad, yo creo que debemos plantearnos que esto no puede seguir en forma tan descontrolada, vemos violencia, asesinatos a la salida de los boliches, jóvenes que salen a las 8 o 10 de la mañana de esos locales, creo que es el signo de una ciudad no ordenada, no lo veo en otros países. Me parece que en un momento hay que tener la valentía todos los actores sociales como ordenar esto que no es secundario, ya que no es la diversión de los chicos, sino la vida de ellos”.
Mas allá de los resultados y cifras que aparecen sobre la pobreza, hoy surge la exclusión, es decir, aquellos que ya están fuera del sistema sin capacidad de volver a integrarse al mismo.
– “Esto es una novedad que aparece en Argentina muy grave, son generaciones que ya se han acostumbrado a no ver trabajo ni en sus padres o en sus abuelos, y que no tienen un hábito mental o volitivo de pensar que pueden tener un trabajo regular, de tantos días por semana y de ocho horas por día, donde también es difícil pensar que puedan continuar un estudio secundario por todo lo que exige. Esto es gravísimo y creo que urge frenar este proceso para que no siga aumentando ese número de excluidos. Debería estar todo el esfuerzo de la sociedad para poderlos incluir en la vida en sociedad en nuestro país”.
Observa que dentro del arco político existe o están las bases de coincidencia dadas para remontar esta situación que ha llegado a niveles poco conocidos
– “Me parece que no hemos madurado lo suficiente como para darnos cuenta de la gravedad y ponernos todos a trabajar, que es la propuesta de la Iglesia, que haya una mesa de consenso en este tema, para no entrar en otras temas, como ser pensar en el 2011 que me parece que es casi una ofensa para la gente. Es una mesa de consenso donde todos nos pongamos de acuerdo en las políticas de Estado a aplicar, porque esto no es una cuestión política de un año, esto necesita de una política de estado donde se pueda remontar esta situación. Esto es lo que la Iglesia pide para festejar un Bicentenario sin exclusión”.
Cuando se utilizó el término escándalo en la carta del Vaticano, ¿sonó desproporcionado el calificativo?
– “Yo creo que no, hay que ver el contexto. El Papa manda el telegrama a los obispos pidiéndonos que armemos la “Colecta más por menos” que se hace un fin de semana de septiembre y donde nos pide que motivemos mayor solidaridad para salir de este escándalo. ¿No es un escándalo? Pongamos un índice más bajo, que en esta tierra Argentina, bendita de pan que haya hambre y desnutrición, creo que no hay que ser simplista porque en este tema de desnutrición hay muchos temas culturales, por ejemplo la educación. Comen mal, hay una falta de cultura en las mismas madres para saber alimentar a sus hijos, es un tema muy complejo y en nada de esto se puede ser simplista porque no se soluciona con la varita mágica”.
Otro tema que se observa en esta ciudad son las actividades lúdicas, y en el país nuestra ciudad ocupa el cuatro lugar en este tipo de actividades.
– “La Iglesia tiene una posición muy clara frente al juego, vemos que hay mucha gente compulsiva y esto es una enfermedad como el alcoholismo. Nos preocupan todos los juegos, pero por sobre todo las maquinitas, porque allí es donde la gente soñando con solucionar sus problemas va a tirar sus moneditas del vuelto del supermercado para ver si pueden lograr algo de esas maquinitas. Este es el tema que más nos preocupa”.
Debería haber un encolumnamiento detrás de la Iglesia en la búsqueda de soluciones concretas a toda esta problemática que estamos planteando?
– “Nosotros como Iglesia no pretendemos dar soluciones técnicas, porque estas las dan los economistas y los políticos. La Iglesia es como la conciencia de un pueblo que grita. ¡Ay!, hay dolor. Después vendrá el médico y verá como se soluciona el dolor. Nosotros gritamos por el dolor de nuestra gente, por el dolor del alcoholismo, nos toca mucho cuando ¡vienen las madres y nos dicen. “Monseñor estoy desesperada por mi hijo, por las drogas, por el alcohol” Nos duele la inseguridad de nuestro pueblo Pero las medidas las tienen que encontrar los políticos ya que es su misión”.
En realidad se advierte que vamos a un fracaso en estos aspectos
– “Lamentablemente si, estuve hablando con un profesional muy importante que decía que en el tema salud estamos muy bajos y no tanto en la atención primaria de la salud, que gracias a Dios aquí en Mar del Plata es buena, pero la política sanitaria del país ahora viene el e dengue, el mal de Chagas esta creciendo, lo mismo que la tuberculosis son enfermedades de pobreza y nuestro país no tendría porque tener este tipo de enfermedades. Yo creo que estamos muy frenados y muy en la revisión del pasado en los enfrentamientos creo que hacen falta políticos que miren para adelante que tengan un proyecto de país, y que sean capaces de trabajar para el bien común, y en eso creo que todos los Argentinos tenemos que sentirnos más responsables de participar cada uno para que estos cambios sean posibles”.
Tal como Ud. dice, ¿hay un grito de la Iglesia pidiendo a los sectores empresarios para que frenen por ejemplo la pérdida de suelos para cosechar granos para alimentos y no para soja? ¿o lo que sucede con la pérdida del bosque nativo? ¿o los glaciares?
– “La Iglesia en su momento sacó un documento muy importante sobre la tierra, Benedicto XVI esta insistiendo mucho sobre este tema de la ecología, no somos dueños de la tierra, la tierra es de todos, de las generaciones posteriores a nosotros y no tenemos derecho a destruirla por un fin de lucro. Esta crisis económica mundial nos ha demostrado a que lleva la avaricia y ella nos lleva a ganar plata desenfrenadamente cuando tendría que ser una economía productiva mucho más racional, lo vemos en la explotación sin sentido del mar, o como Ud. dice de la soja. Con tanto afán de ganar no importa estar poniendo en riesgo el futuro económico, sustentable y discrecional de nuestra tierra”.
Estamos hablando de los derechos de cuarta generación
– “Por cierto, el Papa ha hablado este año sobre el agua, ese elemento que nosotros tan fácilmente dejamos correr cuando estamos ocupados en otra cosa mientras en el mundo esta cotizada enormemente”.
¿Nota en los últimos meses una demanda de ayuda social?
– “Si hay un aumento pero de manera serena, no es como en otras crisis donde la gente llegaba en multitudes, hoy se manifiesta en forma serena, el problema es la desesperanza la resignación”.
– “Nosotros como Iglesia apuntamos directamente con Cáritas, a dar de comer, brindar un poco de abrigo y un techo. Alimentar a los pobres sobre todo a la noche, pero nuestro mensaje es querer presentar a Jesucristo como el que convierte el corazón del hombre, porque todas estas crisis son crisis de conversión, mientras haya avaricia, falta de perdón, de comprensión permanentemente estaremos viviendo estas crisis cíclicas de la Argentina. Debe haber una conversión desde el corazón y ahí creemos que la figura de Jesucristo es vital”.
¿No falta la idea de crear puestos genuinos de trabajo?
– “Por cierto, ya San Agustín lo decía claramente: “No les des pescado, enséñales a pescar”. No hay progreso sin trabajo y no salimos de la pobreza sin trabajo. No nos vamos a morir de hambre, pero hay que dar trabajo por la dignidad de la persona, de eso no hay dudas”.
Por Miguel Schettino
Muy buena nota y como siempre la Iglesia Romana, trayendonos una vision clara, real y objetiva de la sociedad Argentina
La Iglesia deberia ayudar y ponerse a trabajar en lo que respecta a las politicas que le corresponde, no esoty de acuerdo con que los politicos deben dar las soluciones.. Si los politicos no saben que hacer la Iglesia deberia poner su grano de arena pero tambien y porque no en politicas educativas, culturales, de salud, y porque no de trabajo y economicas…